En Palmés ha cambiado radicalmente la política del agua. Los vecinos -más de 280 según el censo- disponen únicamente de suministro corriente para uso doméstico. Desde hace un año y, acuciadamente durante este verano, los pozos de A Burata, Conchada y O Burgo han perdido el acúmulo de agua que brotaba de los manantiales subterráneos. Si en otras latitudes echan la vista al cielo, en Palmés imputan al progreso sus trastornos con el agua. Los vecinos entienden que la merma en sus pozos es producto de las obras en el túnel de A Burata, una galería subterránea de 4 kilómetros por donde circulará el tren de alta velocidad. La perforación de este tramo provoca que se filtre agua del acuífero y baje su nivel.

El agua de los pozos servía a los vecinos para regar huertas y algunas fincas. Elías y Pedro, vecinos de Conchada, cuentan que “los 14 que hay aquí están secos” y dicen que se ha hecho difícil mantener fincas y cosechas sin tener que esperar el dictamen de la lluvia. El suministro llega exclusivamente a lo que se considera vivienda, recurrir al grifo para el regadío no está permitido y, además, como señalan algunos vecinos de A Burata, la calidad del agua corriente dista mucho de la que brotaba de manantiales subterráneos.

Los pozos son una infraestructura básica para la gente de Palmés y se convierte en prioritaria para muchos vecinos como los de A Burata, que hasta la pasada semana no contaban tan siquiera con suministro de agua corriente. Desde que el agua almacenada empezó a agotarse, recibían el líquido en camiones cisterna y lo almacenaban en bidones de acero inoxidable, junto a sus casas, para asegurar sus necesidades de uso cotidiano. Este servicio provisional, y también las obras de canalización de agua corriente, se han hecho a cargo de la empresa adjudicataria de las obras del túnel de A Burata para mitigar las contrariedades que esta infraestructura está ocasionando en Palmés.

Recuperar el caudal

La búsqueda de soluciones se va acelerando. Los vecinos han salido satisfechos: “La empresa ha respondido bien”, señala Carlos Fernández, presidente de la AA VV de Palmés. Su voz se ha granjeado apoyos en una reunión en la que también participaron el concejal de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, y el edil del PP, Pepe Araújo, así como representantes de la empresa constructora y Adif, el promotor de las obras. Tal y como confirma Espinosa, a finales de septiembre se cerrará por escrito un acuerdo para recuperar el caudal hídrico y restablecer el agua de los pozos de Palmés una vez que concluyan las obras del túnel, presumiblemente a finales de 2010. Con todo, muchos vecinos argumentan que los pozos construidos con poca profundidad tal vez no recuperen el agua al cesar la perforación y el sellado. A falta de la firma, Adif y la empresa adjudicataria se comprometen a perforar los pozos existentes hasta que mane el agua. En O Burgo se planea recuperar todo el agua; en A Burata se plantea excavar hasta 12 ó 15 metros de profundidad.