Algunos de los vecinos de Prado conocían con detalle el Pazo de Liñares, una casona con mucha historia que será inaugurado oficialmente el próximo día 19 como "contenedor cultural". El estado de abandono y amenaza de ruina se mudó en una construcción de referencia en la restauración de un bien patrimonial como los muchos que hay en Galicia. No son demasiados los que llegaron a nuestros días en buen estado. El elevado coste de mantenimiento para sus dueños hizo que gran cantidad de pazos y casas solariegas perdiesen su esplendor. Pero Liñares ya luce como una de las referencias turísticas de Lalín y aspira a ser un elemento de difusión de la historia de Lalín y Deza con su centro de investigación de la cultura castreña, el archivo histórico de la comarca o el Museo Galego da Marioneta; el único de estas características en la geografía gallega.

Si el acto público de inauguración será dentro de una semana, el Concello quiso tener la deferencia con los vecinos de Prado para que protagonizasen el preestreno de una obra que llegó a manos del ayuntamiento por 670.000 euros hace 12 años.

Ayer por la tarde fueron más de un centenar los vecinos de Prado que aceptaron el convite de estrenar la alfombra roja del nuevo Liñares, la casa natal del ilustre aviador Joaquín Loriga, bautizada por Emilia Pardo Bazán como "el palacio del recuerdo".

El alcalde, José Crespo, ejerció de anfitrión en este acto e indicó a los presentes que "el pazo le va a dar nombre a prado y Prado al pazo". Además de los contenidos que tendrá Liñares, el munícipe explicó que habrá una sala para exposiciones del Xacobeo y otra para Loriga.

El asesor urbanístico del Concello y director de obra, Javier Bugallo, y el concejal de zona, Antonio Rodríguez, también acompañaron a los vecinos en el recorrido por las dependencias del inmueble del siglo XVII.