El más veterano de los trabajadores del Concello de A Estrada se jubila. Cuando el lunes cumpla 70 años, el encargado municipal de Obras de A Estrada estrenará su más que merecido descanso. Pero antes, mañana, Arís cumplirá 43 años a pie de obra en el ayuntamiento. Trabajó a las órdenes de una decena de alcaldes. Guarda frescos en su memoria buenos recuerdos de todos ellos y los logros que consiguieron para el Concello. Le tocó vivir de primera mano la revolución en maquinaria y servicios municipales que experimentó la administración local en las últimas cuatro décadas.

De hecho, recuerda con humor que él fue quien compró la primera escoba del Concello. "La compré en la Ferretería Diego. Antes no había ninguna", explica. Cuando tocaba barrer, los entonces escasos operarios municipales -4 fijos y 2 contratados- iban a cortar retamas a una finca radicada en las inmediaciones del actual restaurante Don Juan. Trabajaban sábados y domingos, incluso barriendo las calles. Sus primeros 9 meses en el ayuntamiento fue interino. Luego pasó a ser funcionario, el primer conductor oficial del Concello, que solo tenía 2 vehículos: un Land Rover y un camión pequeño. Con este, que carecía de tapa, por las mañanas Arís recogía la basura que luego depositaba en el vertedero de O Alto da Cruz.

No acababan ahí sus funciones. Iba a buscar a los jugadores del Estradense a Santiago Y como Policía Local y Guardia Civil carecían de vehículo, Arís ejercía también de conductor de las fuerzas del orden y trabajaba codo a codo con los agentes usando ramas de pino en la extinción de incendios, en una época en la que "no aparecía nadie". Incluso les acompañaba a buscar a personas que iban a ser ingresadas en el hospital de Conxo. Evoca con tristeza aquellos momentos porque no puede evitar pensar que alguno estaba más cuerdo que quien le enviaba al psiquiátrico.

Pero Arís también tenía otros cometidos. Entonces, en verano la villa sufría problemas de abastecimiento de agua. Con su moto, iba muchas veces al día a abrir y a cerrar el agua para intentar racionarla y que llegase a las casas. Cuando se acababa, iban a buscarla al río Liñares. La repartían con una cisterna de 8.000 litros, piso a piso, con una manguera. Recuerda con nitidez las quejas de las vecinas que la estaban esperando y veían que se acababa antes de llegar a su domicilio. A pesar de todo, subraya que entonces los usuarios eran mucho más comprensivos. Con el paso de los años se han vuelto mucho más exigentes y reclaman derechos, a veces sin tener en cuenta que también tienen obligaciones.

"Antes la gente trabajaba de verdad. Yo fui criado en ese ambiente. Nadie me daba vacaciones ni días libres. Trabajaba lo que hacía falta y sin protestar. Siempre intenté solucionar los problemas para que ya no llegasen al alcalde", sentencia. Pero admite que el esfuerzo de todos y cada uno de los sucesivos alcaldes y gobiernos ha dado sus frutos en materia de maquinaria e infraestructuras. Las averías son cada vez menos y menores.

Cuando Arís llegó al Concello, el alcalde era Mario Blanco. Le sucedería José Fernández-Novoa, más conocido como Pepe de Ismael, quien hizo el bombeo de Liñares y compró el primer camión de la basura y los terrenos para las piscinas y los institutos. Estos se construyeron en época de Suso Durán, alcalde en la dictadura y el primero de la democracia. Designó a Arís encargado, adquirió un furgón 4L y otro camión para la basura. La enfermedad de Pepe de Ismael y de Suso Durán motivó que también ejerciesen como alcaldes accidentales durante bastante tiempo Manolo Andrade y Elvira Fernández. Ella misma obtendría el bastón de mando después de Manuel Reimóndez, del que Arís recuerda con humor que, como ocurriría después con José Antonio Dono, Reimóndez también atendía "consultas" de salud en la escalera del ayuntamiento. El "médico dos pobres" le pidió a Arís que plantase un roble en las piscinas en agosto. "Lo arranqué con bastante tierra. Y prendió", sonríe.

Con Elvira llegaría otro camión de recogida de basura, uno para obras, una Renault Traffic, una pala mixta, una niveladora y el primer camión de incendios. De Elvira asegura; "somos como hermanos. Es muy buena persona" y uno de los alcaldes que más ha hecho "por A Estrada". "También Ramón hizo muchísimo", explica, en alusión a Campos. Con él llegaron 2 camiones de la basura, el compactador adquirido en época del edil Manolo Rodríguez, el punto limpio, un camión con grúa para obras, el Terrano en el que solía andar Arís, un dúmper y una pala. También adquirió los terrenos para la Agasp. Campos había llegado a la Alcaldía tras Suso Tallón, otra "buena persona" que apenas estuvo 9 meses. Con él estaba ya Dono, quien siendo ya alcalde le propuso hace 5 años a Arís posponer su jubilación. Con él y con Raquel López como teniente de alcalde llegaría la minipala. También el actual alcalde, José López, le ha demostrado a Arís su total confianza. En estas tres últimas legislaturas se concretó el ansiado proyecto de la traída del Umia, que garantiza el suministro de agua a la villa, y se cambiaron muchas viejas tuberías de fibrocemento que causaban constantes averías en el casco urbano.

También en materia de infraestruturas, Arís recuerda que Elvira Fernández construyó el campo de A Baiuca y que en época de Ramón Campos se concretó el ensanche de la carretera de Codeseda. Con él se derribaría la fuente que había construido Suso Durán, el alcalde que demolió la vieja Plaza de Abastos para construir la actual.