El Consello da Xunta aprobó ayer el decreto por el que el Pazo de Liñares, situado en la parroquia lalinense de Prado, pasa a ser declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento. Con este acuerdo, la noble casona será catalogada como uno de los valores más destacados del patrimonio gallego y tendrá que cumplir con ciertos requisitos, como la apertura al público en condiciones determinadas pero de modo gratuito durante al menos cuatro días al mes.

El expediente para la declaración de Liñares como BIC fue incoado mediante una resolución de Patrimonio el pasado 27 de noviembre y poco más de seis meses después ha obtenido un dictamen positivo. Así, el documento cuenta con los informes favorables de la Comisión Territorial do Patrimonio Histórico, la Real Academia de Belas Artes de Nosa Señora do Rosario, el Consello da Cultura Galega y la Universidade de Santiago de Compostela (USC).

En cuanto a este proceso, el alcalde lalinense, Xosé Crespo, contrastó la actitud del anterior dirección de Patrimonio, que tardó 16 meses sólo en incoar el expediente, con el trabajo realizado por el nuevo conselleiro de Cultura, Roberto Varela, que ha forzado para que la declaración saliese adelante en menos de dos meses que lleva en este cargo. Además, se mostró satisfecho por la agilidad en esta cuestión, ya que la categoría de BIC abre de par en par la consecución de ayudas para su restauración, especialmente las del 1% cultural por el paso del TAV. Así, se confía en que se incluya en el orden del día de la próxima comisión Fomento-Cultura para obtener fondos para su mejora, que es muy urgente dado el mal estado del inmueble.

Por lo demás, el decreto delimita el entorno del inmueble que será afectado por la declaración de BIC de cara a la conservación de los accidentes geográficos y elementos naturales de esta área territorial.

De este modo, el Pazo de Liñares se convierte en el decimoquinto BIC de la comarca dezana y el segundo del concello lalinense, que hasta la fecha contaba sólo con el Altar do Sol de Parada de Alperiz, un monumento megalítico que se encuentra también en malas condiciones.

En cuanto a la historia del pazo, que data del siglo XVII, está estrechamente vinculada a la familia Taboada, que fue su propietaria durante cuatro siglos. Este majestuoso edificio está jalonado por diferentes etapas y estilos y llegó a ser una de las obras de carácter civil más significativas del centro de Galicia.