Los tres trabajadores de la lonja de Cambados que fueron despedidos hace un mes por la cofradía por la supuesta venta ilegal de marisco a al menos un restaurante han llevado el caso a los departamentos de arbitraje laboral de la Xunta de Galicia, al considerar que su despido fue nulo o improcedente. En este sentido, están citados para un acto de conciliación con el pósito que tendrá lugar el lunes por la mañana en Pontevedra.

Los tres afectados han puesto su caso en manos de dos abogados con despacho en la ciudad del Lérez, y en el escrito dirigido a la sección de Mediación, Arbitraje y Conciliación de la Consellería de Traballo plantean que los motivos alegados en sus cartas de despido "son totalmente inciertos... dado que en ningún caso se ha sustraído de forma irregular producto alguno, en concreto almeja, y mucho menos ni en beneficio propio ni siguiendo un plan preconcebido".

Según los tres exlonjeros, lo que hicieron fue llevarle al marisco a unos compradores que legalmente tendrían que adquirirlo en una depuradora, pero que al comprarlo de esa forma alegal en la lonja se ahorrarían tiempo. A este respecto, sostienen que dicha práctica "era conocida, consentida y tolerada" por la cofradía desde hace muchos años. Añaden que nunca se prohibió esa fórmula, y que actuaron "con absoluta buena fe". También plantean que las partidas de marisco cuya venta ilegal se les imputa fue facturada a sus compradores, por lo que la cofradía no tuvo pérdida económica alguna.

Así las cosas, plantean en su escrito que la razón que subyace a sus despidos es la rivalidad política. En su escrito admiten sus "convicciones y afinidad ideológica al Partido Popular, dado que cada uno de los demandados tenemos relación estrecha con dicha formación política", mientras que los órganos rectores salidos de las elecciones de junio de 2014 estarían más próximos a la izquierda, siempre según el escrito dirigido a la Xunta. Por ello, los tres cesados consideran que la actuación contra ellos "fue un castigo ejemplarizante".

La cofradía despidió a los tres hombres, a los que supuestamente grabó hasta en seis ocasiones entre julio y agosto saliendo de la lonja de Tragove con diferentes lotes de almeja (no salen los tres en todas las grabaciones), u ocultándolas en un cuarto destinado a guardar las cajas. Según el pósito, hacían esos pequeños lotes que vendían ilegalmente tomando puñados de almeja de las cajas que se sacaban a subasta.