Los vecinos denuncian "la insostenible convivencia" actual en el entorno de la plaza de O Castro y A Baldosa, en el centro de Vilagarcía. Hablan así de los problemas derivados de la movida nocturna, y sobre todo del ruido "insoportable" que se produce hasta altas horas de la madrugada.

Los damnificados por esta situación ya presentaron numerosas quejas y denuncias en el Concello y llegaron a alertar a la policía a causa del ruido y el "escándalo".

Tanto es así que en la madrugada del domingo, cuando se celebraba una fiesta en plena plaza de O Castro, llegaron a medirse en viviendas cercanas hasta cien decibelios, "y esto ya no es contaminación acústica, sino una auténtica agresión", dicen los afectados.

En los últimos meses buena parte de la marcha de Vilagarcía se ha trasladado a la plaza de O Castro gracias al "buen ambiente creado", según reconocen incluso los vecinos. Y esto, lógicamente, ha resultado positivo para numerosos negocios de los alrededores, e incluso sirvió para poner freno al botellón que se hacía antaño en el entorno, causando otro tipo de problemas, como peleas, suciedad y similares.

Pero ese traslado de la movida a O Castro empieza a generar importantes molestias entre los residentes, incapaces de conciliar el sueño y cansados de "soportar gritos y música a todo volumen hasta altas horas, a veces hasta que se hace de día".

Los que así lo denuncian, y los que han puesto estos hechos en conocimiento de la policía y las autoridades municipales, no se quejan tanto de los locales como de las fiestas que se organizan en la calle. El sábado pasado, sin ir más lejos, se instaló una carpa en la plaza de O Castro y actuó una especie de discoteca móvil, que en realidad es una furgoneta desde la que se emite el sonido. La presencia de ese escenario itinerante y la fiesta correspondiente hizo que se reunieran varios cientos de personas, lo que también causó molestias.

"Pero por si no fuera suficiente con tener que soportar el ruido de tanta gente hasta las cuatro o cinco de la madrugada, también tuvimos que aguantar el ensordecedor ruido de la discoteca móvil, y cuando todo terminó aún quedaban unas horas más de ruido con el desmontaje de la carpa", alegan los vecinos.

Lo cierto es que de un tiempo a esta parte la sucesión de quejas ha intensificado la presencia policial, pero las fiestas en la calle y la presencia de la citada discoteca móvil parecen no ayudar a normalizar la situación.