Una vez amainado el temporal, muchos productores acudieron a sus bateas, de las que no pueden sacar mejillón a causa de las biotoxinas, para hacer balance de daños y pérdidas.

La sorpresa fue mayúscula para muchos, aunque la mayoría ya estaban preparados para lo peor. Con sorpresa o sin ella, los bateeiros que pudieron constatar sus peores augurios sentencian que "todo está perdido".

La intensidad de las corrientes ha tirado al fondo de la ría buena parte de la producción, por lo que algunos aseguran que la campaña "ha terminado".

En la ría de Arousa, indican en el sector, "hay importantes desprendimientos, sobre todo en zonas como Palmeira y O Grove".

Otros bateeiros consultados aseguran que "esto es una auténtica barbaridad, ya que todo el mejillón se ha ido al fondo a causa del último temporal y es ya irrecuperable".

Quienes así opinan esgrimen que "en lugar de sacar 18 o 20 sacos de mejillón de cada cuerda hay bateas donde apenas quedan 5 sacos en cada una de ellas, ya que todo lo demás está tirado en el fondo".

Las pérdidas, insisten, "son cuantiosas", y todo porque, como habían advertido muchos, los desprendimientos parecen haber afectado tanto al mejillón comercial como al que estaba pendiente de desdoble, es decir, el que aún estaba creciendo y tendría que alcanzar la talla para su venta el año que viene.

En definitiva, que "este puede pasar a la historia como uno de los peores años para nuestro sector, y eso que aún quedan zonas donde no fue posible hacer las comprobaciones oportunas, pero con seguridad también ahí habrá importantes pérdidas".

Y eso sin tener en cuenta los daños sufridos en algunas bateas -rotas a causa del mismo temporal- y el hecho de que el episodio tóxico persista.

"Además llevamos meses sin cobrar, y eso hace que la situación sea desesperante para muchos de nosotros", se lamentan los bateeiros.