Como tantos otros gallegos que ayudaron a su comarca, Agustín Romero no procedía de familia rica y en modo alguno fue favorecido por algún tipo de herencia de algún familiar lejano. Todo se lo debió a la emigración y al extraordinario trabajo que hizo durante gran parte de su vida en el Uruguay.

Nació en la parroquia de Cornazo en el año 1846, y a los 12 años parte como emigrante para el Uruguay, en donde tenía parientes que le pudieron ayudar, cosa frecuente por otra parte en aquellos años. Pudo también haber ido a la República Argentina en donde también tenía familiares, pero curiosamente sus padres decidieron enviarlo al Uruguay, nación minoritaria en cuanto a la recepción de emigrantes gallegos.

Los días en que Agustín Romero llega al Uruguay, el país está sumido en franca quiebra política, con un delicado compromiso entre los políticos y militares para mantener al país cuanto menos con algo de paz social. Cuando nuestro personaje contaba alrededor de 19 años tuvo la suerte de que la nación entrara en "una época de paz interna", promulgándose la legislación que hace posible el entendimiento, a la vez que se produce una gran extensión del ferrocarril y el telégrafo.

Fue la llamada "revolución florista" que hizo posible el general Flores, y que se mantuvo hasta 1868.

Cuando Agustín Romero está en plena actividad económica, con buenos negocios de tipo agrícola y ganadero, es ya un personaje conocido en Montevideo por las clases acomodadas y políticas dominantes del país. De hecho es la época en que ostenta la presidencia de la Cámara de Comercio de Montevideo, "motor de la nación, ayudando sobre todo a los emigrantes gallegos, que con cierta frecuencia acudían a su casa".

Es entonces cuando aparece como presidente del Uruguay el general Máximo Tajes, un héroe nacional por su triunfo en la batalla del Quebracho, que consigue que el país retorne a las normas civilistas y a la libertad política. De hecho su consigna era: "A trabajar en paz por la prosperidad del país", iniciándose un periodo de florecimiento y progreso, abriendo el país al extranjero y pacificando al pueblo. Consigue anular el poder de los militares y aumenta la entrada de capitales extranjeros en los negocios y bancos del país.

De forma pacífica gobierna el país, fundando el Banco Nacional entre otras instituciones, y en 1890 cede de forma ordenada el gobierno al prestigioso abogado, orador, parlamentario y periodista Julio Herrera y Obes.

Agustín Romero es pues un hombre poderoso en el país que aumenta su influencia con el casamiento de su hijo Agustín Romero Melio con la hija del presidente Tajes, entrando de esta forma en el grupo cívico-militar que tradicionalmente ha dirigido los acontecimientos históricos de la nación.

Con el casamiento de su hijo con la hija del presidente Tajes se iniciaría no solamente una amistad que duraría hasta la muerte de Agustín Romero, sino el inicio de su único hijo Agustín Romero Melio en una carrera política que terminó de forma trágica mientras hacía campaña electoral en una zona selvática del Uruguay.

De hecho y tras el regreso de Agustín Romero a Vilagarcía, se mantuvo la amistad de los consuegros hasta el extremo que en las dos ocasiones del año 1910 en que el general Tajes vino a Galicia, se produjo un estrecho contacto entre ambos.

El primer reencuentro en Galicia se produjo en enero de dicho año cuando llegó el general Tajes a Vigo con la intención inicial de conocer España. Acudió a recibirle su suegro Agustín Romero, y tras el viaje, quedó tan prendado de Galicia "que expresó el deseo de venir a nuestro país a fines de verano. Entonces pasará una temporada en Cornazo, con su pariente el señor Romero". Efectivamente en octubre de dicho año regresó el general a Vigo con la expresa intención de pasar una temporada en la casa que Agustín Romero tenía en Cornazo.

La prensa local comentaba el día 7 de dicho mes que "hoy llegará a Villagarcía el ilustre ex presidente del Uruguay general Máximo Tajes. Viene a visitar a su consuegro don Agustín Romero, tan querido y respetado entre nosotros por los repetidos beneficios con que viene mejorando nuestro término municipal, y se hospedará en la casa que dicho señor posee en la parroquia de Cornazo". En las declaraciones que el general Tajes dijo a la prensa bromeaba diciendo que "soy muy gallego", y de hecho su familia era oriunda de Galicia así como la de su esposa, ya que esta era hija del pontevedrés Pablo Peña.

Fue en todo caso una estancia verdaderamente familiar ya que todo el tiempo que duró su visita se hospedó en la casa que en Cornazo poseía Agustín Romero, y el ayuntamiento agasajó en cuanto pudo al ex presidente del Uruguay. Una nota municipal sobre el pleno del día 24 de octubre decía que "el señor alcalde dio cuenta de que como particularmente ya consta a los Sres. Concejales, él, interpretando el común sentir de la Corporación, que manifestaron también particularmente aquellos, había obsequiado al Excmo. Sr. General y Ex Presidente de la República del Uruguay, Don Máximo Tajes con una gira por nuestra ría a bordo del vapor Opal y visita al balneario de La Toja, y con pastas, champagne y cigarros cuando estuvo en esta Corporación a pagar la visita de que se le había hecho en Cornazo en casa de su amigo nuestro distinguido compatriota y vecino Don Agustín Romero. Que todos estos obsequios habían originado un gasto de pesetas 398,70, cuyos comprobantes están a la vista".

El 13 de octubre el expresidente embarcó en Coruña en el vapor König Friedric August para dirigirse a Montevideo, terminando de esta forma su exclusiva estancia en Cornazo.

No tendrían igual suerte los dos consuegros a la hora de ser recordados por la historia -por supuesto teniendo en cuenta la diferencia que había entre ambos-, pero en todo caso sí que existía cierta correlación si la establecemos entre el general Tajes con el Uruguay, y Agustín Romero con Vilagarcía. Ambos fueron en cierto modo benefactores de su tierra aunque desde un nivel distinto.

Lo que hizo Agustín Romero por su pueblo fue mucho: construyó a su cargo cuatro kilómetros de caminos vecinales en su parroquia de Cornazo; fundó y edificó una escuela para cien niños; pagó la traída de aguas desde Lobeira a Cornazo; amplió el cementerio parroquial y construyó un parque para las fiestas; construyó a su cargo la hermosa iglesia parroquial de Cornazo; regaló las joyas de la familia para la Virgen de la O; fundó la Cruz Roja de Vilagarcía dotándola económicamente; ayudó a cuantos vecinos lo necesitaron, etc.

Fue por lo tanto Agustín Romero -marcando la lógica diferencia entre pueblo-nación-, merecedor de ser recordado en su pueblo. Sin embargo, la casa donde vivió el general Tajes en sus veraneos fue reconstruida y convertida en "Patrimonio Histórico Nacional" de Uruguay albergando un museo en su interior, mientras que la casa que habitó Agustín Romero en Cornazo es hoy pura ruina y casi un milagro que permanezcan sus paredes en pie. Solo su busto queda como recuerdo de lo mucho que representó para Vilagarcía, y lo poco agradecido que han sido las sucesivas élites políticas municipales.