La paciencia de algunos afectados por la venta de participaciones preferentes empieza a agotarse. Y ya hay quien pregona la necesidad de adoptar medidas de protesta más contundentes. Así lo pone de manifiesto Ramón Otero, de la plataforma de afectados de O Salnés. "Se nota un incremento notable de la tensión y la preocupación en la gente. Ya hay quien dice que lo que se está haciendo en las plataformas es insuficiente. Hay gente que está cerca del límite y que dice que está dispuesta a ir a más". Un ir a más que parece un eufemismo de acciones violentas, y del que ya se conocen ejemplos, como la agresión de un cliente al director de una sucursal en Baiona.

Ramón Otero hizo estas declaraciones tras la concentración que la plataforma organizó ayer por la mañana ante la oficina que Novagalicia Banco tiene en la parroquia de Meaño, frente a la casa consistorial. Acudieron algo más de medio centenar de personas de O Grove, Sanxenxo, Ribadumia, Vilanova, Cambados y Meaño, y un grupo de vecinos de esta localidad acudió al consistorio para hablar con la alcaldesa, Dolores Ucha.

La protesta se inició a las 10,45 horas, y cuando llegaron los primeros afectados la sucursal ya estaba cerrada, con dos guardias de seguridad dentro. Lo que hicieron entonces fue empapelar las cristaleras del establecimiento con pegatinas en las que reclaman una solución y con carteles de "Se vende" con el lema "con ladrones dentro". También hicieron pintadas con rotulador indeleble sobre los carteles publicitarios del banco, y pidieron por megafonía la devolución íntegra de su dinero.

Cuando abandonaron el lugar los últimos, algo después de las 13 horas, el banco no había abierto todavía.

Pero la de ayer no era una concentración normal. Y es que las últimas declaraciones del Gobierno apuntan a un cierre prácticamente inminente de los procesos de arbitraje, gracias a los cuales unos 12.000 ahorradores ya han recibido su dinero. Por otro lado, muchos desayunaron con las declaraciones del ministro de Economía, Luis de Guindos, quien apunta que los afectados perderán el 40 por ciento de su dinero, y que recibirán el resto en acciones.

Esta posibilidad no convence en absoluto a los afectados. "No estamos dispuestos a eso porque somos ahorradores, no inversores. Nadie está de acuerdo con esa quita. Para nosotros no cabe la posibilidad de que cierren el proceso del arbitraje sin que se le dé una solución a todos los ahorradores. ¿Cómo se explicaría que unos hayan recibido el dinero por esa vía y a otros no se les dé esta posibilidad? Hubo una mala práctica por parte del banco, y la comisión del arbitraje ya ha definido lo que es esa mala práctica".

Así las cosas, Ramón Otero avisa de que a la gente empieza a acabársele la paciencia. "Estamos en una situación de calma tensa. Mientras esté abierto el proceso de arbitraje la gente alberga esperanzas. Pero hay quien tiene la sensación de que se le está acabando el tiempo. Hay malestar y preocupación". De hecho, apunta que en las asambleas de la plataforma ya hay voces que propugnan medidas de protestas más drásticas, y otros que optan por actos particulares, como un vecino de Vilanova que ya se concentra ante su banco sin que haya un acto convocado desde la organización o los de Portonovo que la semana pasada se encerraron en la sede de espaldas al colectivo de afectados.

"Desde las plataformas no se van a tomar este tipo de decisiones, pero está claro que la gente no se va a quedar parada, e igual empezamos a ver escenarios que no nos gustan. Esto puede romper", vaticina.

"¿Cómo le dices a una persona que está en el paro y que ha acabado las prestaciones que tiene que vivir con 400 euros al mes cuando tiene en el barco 40.000 o 50.000 euros, con los que podría ir viviendo durante un tiempo", añade el representante de afectados.