Opinión | MÁS ALLÁ DEL GUETO CRONOLÓGICO

Xaime Fandiño

LA (Longevidad Audaz)

Reflexiones de un viejo outsider

Hasta hace muy poco, el eslogan para potenciar una nueva actitud hacia el momento post-jubilar era el envejecimiento activo. Ahora, parece que, con la irrupción de centenarios a tutiplén en algunas zonas de nuestra geografía, comienza a tomar el relevo la palabra longevidad en sustitución de la acepción denominada envejecimiento. De entrada, semánticamente simula que longevidad suena más positiva, ya que envejecimiento incorpora en su referencia un tránsito asociado a la decrepitud del individuo, cuando longevidad, tanto desde el punto de vista social como psicológico, parece que tiene una connotación mucho más amable.

Así, si cambiamos la primera palabra envejecimiento por longevidad, el eslogan quedaría ahora como longevidad activa, que parece, suena mejor. Sobre todo, puede ser más asumible para esos, no es mi caso, que no quieren oír hablar de nada asociado a la hermosa palabra viejo y prefieren ser denominados con todo tipo de eufemismos anglófonos: senior, silver... porque creen que así, son menos viejos, cuando en realidad son los mismos tipos pero con un nombre que semeja ser más guay.

En cualquier caso, como me gusta darle vuelta a las cosas, mi propuesta, no de ahora, sino de hace ya algún tiempo, es cambiar la acepción “activo” por “audaz”. Y es que una longevidad audaz puede ser mucho más interesante que simplemente activa. Porque la audacia está asociada a la osadía y al atrevimiento, mientras que la actividad se relaciona más con componentes de carácter físico, como lo enérgico o lo dinámico, que la audacia, por ser una acepción mucho más extensa, pienso que ya los incluye.

La longevidad audaz, en su concepción, tiene como objetivo un comportamiento que, además de multidimensional, está relacionado con el carácter específico e irrepetible de cada ser humano. Y es que la osadía, está asociada a una etapa de la vida, la juventud, donde la inconsciencia forma parte del motor que nos lleva a vivir a tope y de forma atrevida cada momento. Por eso, si bien la intergeneracionalidad, como he señalado en otra entrega de esta colaboración, desde un punto de vista exógeno, es decir, en el ámbito social e institucional, ese que tiene que ver con nuestras relaciones, se presenta como “la vacuna contra el edadismo”, la audacia, debido a los componentes que hemos señalado de osadía y atrevimiento, funciona como un antídoto contra el otro edadismo, quizá el más dañino, el endógeno o auto infligido, porque esa audacia nos lleva a continuar viviendo nuestro momento eludiendo limitaciones, prejuicios y diatribas que nos frenan y condicionan como sucede con aquella frase de: esto “ya” no es para mi.

Pero no hay longevidad audaz sin CCPP. Seguro te estás preguntando qué significa ese acrónimo. Pues una conclusión a la que he llegado, después de dar vueltas a cómo debería ser esa disposición para tener un plan vital ilusionante, no sólo en la vejez, sino a través de del tránsito que hacemos los seres humanos por el planeta, intenté acotarlo en unas siglas que me permitieran acordarme de ello de forma nemotécnica. Así, las siglas de este acrónimo CCPP, aunque se utilizan en la denominación de diversas instituciones y corporaciones como la Conferencia Consultiva Política del Pueblo en la República Popular China o en la denominación de la carrera de Ciencias Políticas, como referencia a una herramienta financiera relacionada con el Costo de Capital Promedio Ponderado etc., en nuestro caso tiene que ver con algo más orgánico y pegado a la tierra.

En el proyecto vital de la Longevidad Audaz, mi propuesta de CCPP está asociada a estos cuatro factores: Curiosidad, Creatividad, Proactividad, Productividad. Todos los elementos tienen en su ADN la atemporalidad, ninguno de ellos está asociado a un momento cronológico específico pues puede ser asumido con cualquier condición etaria. Ser curioso significa que nuestra mente está abierta a explorar todo tipo de experiencias, lo que nos hace asumir riesgos, pero también nos ayuda a crecer como seres humanos. La segunda sigla, se corresponde con el ítem relacionado con la creatividad y nos dirige hacia la capacidad de pensar y articular posiciones discursivas de forma original, dando rienda suelta a nuestra imaginación. En cuanto a la proactividad, este elemento está asociado con la capacidad predictiva, es decir, con la posibilidad de adelantarse a situaciones futuras a través de la argumentación o la visión crítica, pero también desde la intuición, ayudándonos a visualizar esos posibles escenarios que están por llegar, tanto los positivos, como aquellos en donde puede ser necesario aplicar la contingencia. Como último término está la productividad, aquí concebida desde una perspectiva novedosa, de modo que, aunque en muchos casos, con motivo de esa acción productiva se pueda generar actividad económica, también es necesario considerar óptimas otras actividades que no tengan como único objetivo una visión puramente capitalista y consumista, de modo que podamos eliminar de nuestro ideario esa visión negativa y generalizada que penaliza como dependientes económicos, a los colectivos que no están, por razones diversas, como puede ser la niñez o la vejez, dentro de la rueda productiva estándar.

Así, con la vista puesta ya desde la infancia en obtener en el futuro esa oportunidad de disfrutar de una LA (Longevidad Audaz), a través de una estrategia CCPP (Curiosa, Creativa, Proactiva, Productiva), puede ser interesante comenzar a conformar un plan vital transversal que no solo se centre únicamente en el momento post-jubilar, sino que transite a través de toda la cronología de los individuos más allá del momento etario en que nos encontremos cada uno: niñez, juventud, madurez, vejez o ancianidad.

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