La Universidad cuantifica el papel del monte vigués en la conservación ambiental y el bienestar social

Apostar por el aprovechamiento sostenible del monte en lugar de actividades como la mera explotación de madera a gran escala conlleva beneficios en la mitigación del cambio climático, la calidad del agua que llega a nuestras casas o el disfrute de sus espacios. Pero también una pérdida de ingresos a cambio de estos valiosos servicios que debería ser compensada. Con esta filosofía, la Mancomunidad de Montes y la Universidad han puesto en marcha un proyecto que definirá y cuantificará estas prestaciones para que los comuneros, a través de diferentes modalidades público-privadas que ya funcionan en otras comunidades, puedan ser recompensados por unas prácticas que garantizan la conservación de los ecosistemas, así como la salud y el bienestar de la población.

El campus acogió ayer la presentación de esta iniciativa, financiada por la Fundación Biodiversidad con 269.000 euros dentro de la convocatoria Bioeconomía Forestal y apoyada por más de 40 entidades públicas y privadas. A la jornada de lanzamiento asistieron representantes de otros proyectos gallegos seleccionados, así como de varias comunidades de montes y de empresas que ya colaboran con la de Vigo.

Esta es precisamente una de las vías de futuro por la que apuestan sus responsables, además de mantener la colaboración, a pesar de sus numerosas ausencias, con las administraciones públicas, tal y como lamentó el secretario técnico, Xosé Antón Fernández. También subrayó que este proyecto, con una duración de dos años hasta finales de 2025, es “una semente de futuro” y que aplicarán el conocimiento adquirido.

Los montes de Vigo ocupan el 17% de su superficie –superan las 1.500 hectáreas a lo largo de 14 parroquias– y el uso social es el mayoritario, casi un 57%. Y Fernández no quiso olvidarse de las dificultades con las que lidian los “4.000 comuneiras e comuneiros” para mantener sus 7 parques forestales, 130 kilómetros de senderos y un importante patrimonio histórico.

También insistió en la necesidad de poner en marcha el ansiado cinturón verde, que facilitará la prevención y extinción de grandes incendios como los de 2017, que acabaron “cun tercio do pulmón de Vigo”.

En este mismo sentido, el catedrático Salustiano Mato subrayó el “beneficio clarísimo” que este anillo supondría para la ciudad en cuanto al suministro de agua. “Sería máis e mellor, incluso nos momentos malos, sen necesidade de trasvases”, destacó.

El investigador del grupo de Biología Ambiental y la economista María Xosé Vázquez, del grupo GEN (Governance And Economics Research Network), explicaron el papel que jugará la UVigo dentro del proyecto Montes de Vigo 2046.

"Son un tesouro e non nos damos conta da importancia que teñen para o día a día de toda a poboación"

Ellos serán los encargados de definir los servicios ecosistémicos que prestan los montes periurbanos en tres áreas concretas: calidad y aprovisionamiento de agua, sumidero de carbono y ocio/cultura. “Son un tesouro e non nos damos conta da importancia que teñen para o día a día de toda a poboación en xeral. E imos cuantificar isto para que a sociedade sexa consciente. Perder estes servizos implica perdas na calidade de vida, económicas e ambientais. E incluso conflictos”, explicó Mato.

Entre los múltiples beneficios que supone tener montes bien cuidados y estructurados, el catedrático recordó que implican acuíferos de mejor calidad y una mayor protección frente a sequías, inundaciones y olas de calor, ya que actúan como reguladores de la temperatura, evitando incluso muertes. Y también contribuyen a mitigar el cambio climático y son un “elemento de contraste” frente a la contaminación urbana, mejorando la calidad del aire.

Una vez que los investigadores del grupo de Biología Ambiental definan los servicios ecosistémicos que prestan los montes de Vigo, los economistas determinarán qué valor les corresponde. “Para autoconocimiento de las propias comunidades, que podrán poner cifras sobre la mesa cuando negocien con las administraciones. Y para que la sociedad sepa todo lo que están aportando. Esos servicios deben ser compensados para que sean viables y los comuneros puedan seguir proporcionándolos. Lo contrario perjudicaría a a la salud y el bienestar de los ciudadanos”, destacó María Xosé Vázquez.

La investigadora, que también se refirió al agua como una de las claves de futuro, enumeró las diferentes formas de pago que ya existen para compensar los beneficios sociales que generan los montes a cambio de renunciar a actividades más lucrativas, aunque menos sostenibles, como la explotación maderera a gran escala. “Hay que pasar de la idea de que el que contamina paga a el que lo hace bien cobra. Y comunidades como Cataluña, Extremadura, País Vasco o Castilla-La Mancha ya trabajan en ello desde 2008-10”, enfatizó.

“Tardaremos 50 anos, pero faremos o cinturón verde”

En 2046, la Mancomunidad de Montes de Vigo cumple 50 años, por eso esta fecha da nombre al proyecto. Y desde sus inicios, el cinturón verde ha sido una de sus principales reclamaciones. Sin embargo, tal y como lamentó ayer su presidente, Uxío González, el abandono por parte de las administraciones ha sido “absoluto”. “O Concello ten poder económico para facelo en 4 anos. Nós tardaremos 50, pero queiran ou non queiran farémolo polo futuro dos montes vigueses”, subrayó.

González abrió la jornada junto con la coordinadora del grupo de Biología Ambiental, Josefina Garrido, y Alberto Capataz, de la Fundación Biodiversidad, a través de videoconferencia. También participó el jefe de servicio de Xestión Forestal de Medio Rural, Odón López, con una charla sobre servicios ecosistémicos en entornos periurbanos.

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