Si el Pórtico pudiese quejarse, apuntaría sobre todo a su arco derecho (sur), donde se concentran los mayores problemas. El diagnóstico de los males que aquejan al Pórtico da Gloria ha tardado. Se han necesitado tres años de monitorización y estudios para saber cuáles son los principales enemigos de una de las obras cumbres del Románico europeo y algunos estudios, como los medioambientales o los relativos a la estructura del conjunto, aún proseguirán el año que viene.

Los técnicos financiados por la Fundación Barrié de la Maza, aparte de realizar una investigación para conocer las intervenciones que sufrió el monumento, averiguaron que el Pórtico es "estable", pese a sus "numerosas grietas, especialmente significativas en el arco de la Epístola" (el lateral derecho). La "lesión" viene de lejos; incluso desde la propia construcción.

También es la zona sur en donde se localizan las mayores concentraciones de sales y es el área más vulnerable a la humedad, aunque la intrusión de agua afecta a los muros de las dos torres, "con flujos secundarios que penetran hacia el interior del edificio". La humedad, favorecida por la "falta de ventilación controlada", ha contribuido a que proliferen las colonias de algas.

Además se ha comprobado que el material que conforma el Pórtico no es homogéneo. El granito, por ejemplo, procede de cuatro canteras diferentes, aunque será el cemento, aplicado en intervenciones recientes, el que dé más problemas por impedir "respirar" a la piedra.

Los técnicos, además de haber aprovechado para ensayar tratamientos de limpieza €el láser se reserva para las zonas más delicadas€, también comprobaron que existen cinco estratos de policromía. En la original se usó pan metálico de oro puro y lapislázuli como pigmento azul, lo que denota "una importante inversión económica acorde a la importancia de la obra". Javier López Martínez, director general de la Fundación Barrié, ya avanzó que los colores no se restaurarán, pero su limpieza permitirá verlos "relucir" y se recrearán en un Pórtico virtual.