Los vecinos de Lalín de Arriba tienen clara una cuestión sobre la fiscalidad de su iglesia. Hubo un tiempo en que el templo tenía que pagar el IBI, y el recibo venía a nombre de una vecina. Pero hace unos 15 años se tramitó la exención de este impuesto, al argumentar que se trataba de un bien de interés cultural, y de ahí que por el momento esté exenta del tributo, y seguiría estándolo si pasase a ser propiedad de los vecinos. La Asociación ejerce ya cierto control sobre la recaudación de las misas.

Durante el encuentro del viernes se desató cierta tensión entre la cuarentena de asistentes -la asociación tiene 100 miembros, si se cuentan los jóvenes sin derecho a voto- por la postura del pedáneo, José María Trabazo. Éste, así como sus familiares presentes, mostró su contrariedad a que la iglesia pasase a ser propiedad de los vecinos. Su postura desató las críticas de varios de los presentes, que entienden que el alcalde de barrio "está para defender nuestros intereses", como indicaba ayer uno de los asistentes al cónclave. Desde la asociación se insiste en que los abogados afirman que hay base legal suficiente para recuperar el templo.