La gallega Alessandra Aguilar afronta hoy uno de los grandes retos de su carrera. La atleta lucense llega al Europeo de cross de Albufeira (Portugal) en un espectacular momento de forma que le ha permitido imponerse este otoño en las pruebas de Quintanar y Llodio. Una carta de presentación extraordinaria para una atleta eficiente y tenaz que siempre ha dado la cara en la gran competición. Con la inercia de la preparación para el maratón –que le llevó a ser finalista en el Europeo de Barcelona– Aguilar ha completado unos últimos meses sobresalientes que la ponían al fin en el foco de cara a un gran campeonato. Ahora se enfrentaba de verdad a la exigencia de verse en el abanico de aspirantes al podio y se había convertido en la gran esperanza española después de que Rosa Morató, actual subcampeona de Europa, renunciase por culpa de una lesión.

Con lo que no contaba Alessandra Aguilar ni nadie era con la tormenta que iba a desencadenar la "Operación Galgo" que ha llevado esta semana a la detención de una docena de personas por el tráfico de sustancias dopantes. La presencia de Marta Domínguez en la trama ha puesto al atletismo español en una situación muy delicada y ha provocado una enorme conmoción de consecuencias difíciles de prever. Por un lado se mezclan las sospechas sobre todo el mundo y por otro se ha generado un movimiento dentro de los propios atletas para felicitarse por el fin de la impunidad en la que se movían los atletas del grupo de Manuel Pascua Piqueras, uno de los detenidos. Las últimas horas han sido delirantes con una sucesión de comunicados, con la Federación perdida ante el aluvión de noticias, con Odriozola aplazando cualquier explicación, con los atletas intercambiando mensajes para establecer una estrategia común. No es el mejor ambiente para competir en Portugal donde todo el mundo está pendiente del equipo, de sus reacciones, de sus movimientos. Ayer pasaron el control antidopaje, como en todas las competiciones internacionales, y esa simple anécdota se convirtió en noticia para algunas agencias. Es el precio que deben pagar por lo que está sucediendo en el juzgado número 24 de Madrid.

En esa situación es difícil de aventurar el papel que pueden desarrollar los españoles que en categoría masculina se han quedado sin el actual campeón de Europa, el atleta de origen atíope Alemayu Bezabeh, quien según fuentes de la investigación habría confesado que se dopó y la Federación optó por apartarle de la selección. Es la única baja provocada por la "Operación Galgo" aunque entre los daños colaterales hay que señalar a la atleta Nuria Fernández, discípula de Manuel Pasqua, y a quien se ha interrogado como testigo, y a la que se relaciona con las prácticas dopantes. La campeona de Europa de 1.500 no ha renunciado al campeonato y está en Portugal aunque su mente puede que esté muy lejos.

Para la afición gallega la carrera más interesante será la prueba promesa femenina en la que de las seis españolas cuatro son gallegas. Se trata de Paula Mayobre, Sandra Mosquera, Esther Navarreta y Solange Pereira (portuguesa de nacimiento aunque canguesa de adopción) que tratarán de estar lo más cerca posible de la cabeza aunque con la incógnita de cuál es su nivel en comparación con el resto del continente. Ellas, las más jóvenes, se han visto de repente metidas en mitad de una tormenta que posiblemente aún no entienden. Y con ese ambiente hoy se calzarán las zapatillas.