"Paripé". Es la definición que otorgaron ayer a la xunta xeral extraordinaria celebrada en la Cofradía de Baiona las dos partes enfrentadas en el conflicto del percebe. La moción de censura contra la patrona mayor, Susana González, quedó sobre la mesa, pospuesta para mejor ocasión por falta de entendimiento. Los percebeiros opositores a la dirección denuncian que la presidenta impidió llevar a cabo la votación para poner en marcha el cese por un error inexistente en el texto de la propuesta. Y la máxima representante de la entidad recalca que la iniciativa estaba mal planteada, pero los culpa a ellos del aplazamiento "por non saber nin o que queren", ya que, según asegura, la invitaron a dimitir voluntariamente en lugar de dar trámite a su expulsión.

El absurdo se repitió con el otro asunto a debate. De los 14 asistentes a la reunión, seis afines a González se negaron a votar y los ocho restantes lograron dar luz verde al plan de explotación conjunta para los sectores a pie y a flote que los percebeiros habían aprobado en asamblea y descartar el separado por zonasque la xunta refrendó en contra de la mayoría. Pero la decisión no servirá de nada porque la Cofradía no retirará el plan dividido que ha remitido a la Consellería do Mar, según confirmó González. En definitiva, la reunión fue un "disparate", señalaron desde los dos frentes.