Al Celta se le multiplican los problemas en la defensa para afrontar el partido del lunes 16 ante la UD Las Palmas (Estadio Gran Canaria, 21 horas). Sin Hugo Mallo, lesionado ante el Girona para tres semanas, ayer la fatalidad le tocó a Roncaglia, quien iba a cubrir la baja del capitán céltico. El argentino sufre una lesión fibrilar en el bíceps, cuyo alcance no se conocerá hasta las próximas horas. Pero Unzué ya da por hecho que será baja en Canarias y busca una alternativa para el lateral derecho: reubicar en la banda al central Sergi Gómez o contar con el canterano Diego Alende.

La lesión de Roncaglia fue la peor noticia del gris amistoso que el Celta disputó ayer en Balaídos ante el Pachuca mexicano, aprovechando el paréntesis de Liga por la "fecha FIFA" y con la intención de recaudar fondos para los damnificados del terremoto que dejó 363 muertos el pasado 19 de septiembre en México. Apenas hubo público en un coliseo vigués, que presentaba una imagen desoladora con la grada de Río cerrada, varias decenas de espectadores en Gol y en Marcador y unos cuantos cientos en Tribuna.

La lesión de Roncaglia resta mayor importancia a un partido amistoso y poco benéfico que dejó más dudas sobre el comportamiento del equipo vigués, que aprovechó la ilusión de los jugadores del filial para llevarse una victoria que tuvo como principal protagonista al delantero Dennis Eckert, autor de dos goles.

Al Celta de Unzué le gusta el vértigo de los minutos finales de los partidos. No importa que, como ayer, sean amistosos. Ganó al Pachuca (4-3) después de remontar un resultado adverso con tres goles en cuatro minutos. Y el suspenso se mantuvo hasta la última jugada, en la que entre Rubén Blanco y el palo de su portería evitaron que Erick Aguirre transformase una pena máxima con la que Fontás cerró una mala noche.

Aprovechó Unzué el amistoso para comprobar el estado físico de los jugadores que menos juegan y de Radoja, que viene de superar una lesión en el soleo de su rodilla derecha que le dejó varado durante cinco jornadas de Liga. También era una buena oportunidad para que Roncaglia jugase como lateral derecho, ante la baja para tres semanas de Hugo Mallo por lesión. El técnico navarro solo recurrió a dos jugadores del filial (Drazic y Brais Méndez) para completar un once inicial en el que no había ningún delantero. El serbio fue el elegido como referencia en punta, con el mosense y Andrew Hjulsager en las bandas. Los que ayer formaron la defensa y el centro del campo podrían ser titulares en cualquier partido oficial, aunque salieron a jugar sin apenas tensión competitiva, con la misma frialdad con que Balaídos acogió este encuentro de con el pueblo mexicano.

Y el fútbol castiga a los que no se lo toman en serio, aunque sea un amistoso. Primero suelen aparecer errores incomprensibles y después acciones de los rivales para dejar en evidencia la desidia. El Celta la tuvo en toda la primera parte y en el arranque de la segunda. No reaccionó hasta que se vio con tres goles en contra. Primero se marchó al descanso con un preocupante 0-2. Acortó diferencias Eckert, pero el Pachuca agradeció otro regalo para plantarse con un 1-3 en el minuto 67. El Celta, entonces, aprovechó el entusiasmo de los jugadores del filial para darle la vuelta al partido con otro tanto de Eckert, además de los de Wass y de Brais Méndez. La victoria se vio empañada por la lesión de Roncaglia.