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CINE

Colin Firth pasa a la acción

El actor se destapa como vigoroso agente en "Kingsman: Servicio secreto", una película de espías

Kingsman, una película de espías llena de héroes

La nueva faceta de Colin Firth es uno de los alicientes de la nueva película de Matthew Vaughn, director británico de "X-Men: Primera Generación" y "Kick Ass", y conocido también en la prensa rosa por ser marido de la supermodelo Claudia Schiffer.

Al igual que en esas dos películas, Vaughn ha contado con el tándem formado por el dibujante de cómics Dave Gibbons, famoso por su trabajo en "Watchmen", con Alan Moore; y el no menos célebre Mark Millar, declarado admirador de Moore y guionista de historietas de éxito como "The Authority" y "Ultimate X-Men".

Fue el cineasta británico quien puso en marcha el proyecto, que llegó a las tiendas en forma de cómic hace ahora tres años. Las viñetas cuentan la historia de un "espía caballero" que adiestra a su sobrino callejero para que se convierta en el próximo gran agente secreto de una organización gubernamental de élite llamada Kingsman.

Vaughn y su coguionista, Jane Goldman, trabajaron en la versión cinematográfica de "Kingsman", que contiene algunas modificaciones con respecto a la historieta: el espía caballero, interpretado por Colin Firth, ya no es tío del chico callejero, sino un excompañero de su padre, que había muerto salvándole. Y la organización secreta Kingsman ya no tiene carácter gubernamental, sino que trabaja ajena al gobierno y de modo altruista. "Resulta interesante explorar la idea de que exista una organización con motivos puros; una que no está comprometida con la política y la burocracia de estas instituciones", explica Colin Firth, cuyo nombre en clave en Kingsman es Galahad, por el legendario caballero del rey Arturo.

Igual que hizo con Sean Connery el director Terence Young, que llevó al actor de Edimburgo a su sastre y le enseñó a comer, hablar y vestir como un caballero británico, el agente Galahad ha de reeducar y someter a todo tipo de pruebas a Gary "Eggsy" Price, un chico sin estudios y descarriado, pero con grandes cualidades innatas.

El elegido para encarnar a este chico callejero, después de un casting por el que pasaron 60 candidatos, es Taron Egerton, un joven actor galés recién salido de la escuela de arte dramático y sin películas en su currículum.

El papel de villano le corresponde a Samuel L. Jackson. Se trata de Richmond Valentine, un multimillonario genio de la tecnología que pretende salvar el planeta a costa de cargarse la raza humana.

Destaca también en el reparto otro gentleman, el veterano Michael Caine, que en un par de semanas cumplirá 82 años.

Fuera del equipo actoral tienen también su protagonismo los increíbles artefactos que utilizan los agentes de la organización ultrasecreta: mochilas propulsoras, asientos eyectables, zapatos con cuchillas desplegables, paraguas que disparan... Todo un arsenal tecnológico digno de Q, el excéntrico inventor de la saga James Bond. Todo ello envuelto en una estética "pastiche" que recrea la ambientación algo "kitsch" de las películas británicas de espías de los años sesenta.

Colin Firth desconocía que tenía que ejercitar muchos más músculos que los de su cara cuando aceptó rápidamente protagonizar "Kingsman". "Cuando me ofrecieron el papel lo medité profundamente... durante unos 30 segundos", ironizó el espigado actor inglés -1.87 metros- en una entrevista con EFE. Firth pensó que sería un especialista el que realizaría sus escenas de acción, pero el director terminó convenciéndole. Le costó "esfuerzo y dolor", ya que a sus 54 años nunca había tenido que dar puñetazos, correr y saltar, pero el resultado ha valido la pena, según señala Matthew Vaughn: "Fue bastante arriesgado, pero Colin lo borda. Podría ser una estrella de acción", asegura el cineasta.

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