Craig Brown | Escritor inglés

“Paul McCartney era el motor de los Beatles”

Su biografía musical sobre el grupo de Liverpool subvierte las convenciones

rafael tapounet

El escritor satírico inglés Craig Brown (Hayes, 1957) es el autor de 1, 2, 3, 4. Los Beatles marcando el tiempo, una aproximación caleidoscópica a la historia del grupo de Liverpool que subvierte todas las convenciones de la biografía musical y está considerado el mejor libro sobre los ‘Fab Four’ aparecido en los últimos años. La editorial Contra lo publica en castellano con traducción del músico Ibon Errazkin.

–¿Cuándo y cómo descubrió a los Beatles?

–Mi primer recuerdo relacionado con ellos fue cuando en las Navidades de 1964 mis tres hermanos y yo recibimos como regalo unas pelucas beatle hechas de plástico, muy incómodas. Podría decirse que conocí a los Beatles antes por su pelo que por su música.

–Existen miles de libros sobre los Beatles. ¿Cómo convenció a sus editores de que era buena idea publicar otro?

–Había hecho un libro sobre la princesa Margarita y había funcionado bien. Estaba escrito en un estilo ligeramente humorístico, con muchos capítulos cortos, no necesariamente en orden cronológico, y mezclando episodios biográficos con chistes y otras cosas. Así que le propuse a mi editor hacer un libro sobre los Beatles en ese mismo estilo. Él me preguntó si lo podía tener en 18 meses, para aprovechar el 50 aniversario de la separación del grupo [en abril de 2020]. No es un plazo demasiado largo para un libro de estas características, pero creo que esa presión le da a la escritura una energía interesante.

–En el libro parece más interesado en hablar sobre los dentistas de los Beatles que sobre su música.

–¡Los dentistas son importantes en la historia de los Beatles! Lo cierto es que no soy músico y no me veo capacitado para hablar de música con cierta profundidad. Por otro lado, me interesaba explicar la historia de todas esas personas que estuvieron en algún momento en la órbita de los Beatles y vieron cómo esa experiencia marcaba profundamente el resto de sus vidas.

–En muchos casos, de una manera infausta.

–Sí, aunque no creo que se les pueda culpar a ellos por eso. De hecho, los Beatles fueron bastante generosos con su éxito, pero en todas las historias de ascenso a la cima quedan cadáveres por el camino. El caso de Pete Best [primer batería del grupo] es el más conocido, pero está también gente como Jimmie Nicol, que apenas aparece mencionado en otros libros. Nicol sustituyó a Ringo Starr durante una gira y se convirtió en miembro de los Beatles durante 10 días. Lo que parecía un golpe de suerte acabó haciendo descarrilar su vida, porque Jimmie nunca pudo superar el hecho de que ya no era un beatle y las cosas le fueron bastante mal.

–El ejemplo más trágico es quizá el de Brian Epstein, mánager del grupo, a quien dedica el primer capítulo del libro y también el último.

–Me fascina Brian Epstein. Fue una parte esencial en el éxito de los Beatles y luego, a nivel personal, fue el que peor supo gestionar ese éxito. Tenía ese aspecto de tipo adulto, sensato y elegante cuando en realidad estaba tomando bastantes más drogas que el mismo John Lennon. Por eso quise empezar y acabar el libro con la escena en la que Brian Epstein baja los escalones de [la sala de conciertos] The Cavern para ver a los Beatles por primera vez. A partir de ahí se produjo el ascenso del grupo al cielo y el descenso a los infiernos de Brian, que murió al cabo de solo siete años. Es un contrapunto muy interesante.

–Es alucinante la rapidez con la que los Beatles convirtieron en obsoletos a un montón de artistas.

–De la noche a la mañana, grandes estrellas como Frank Sinatra, Elvis Presley, Noël Coward o incluso Cliff Richard, que tenía la misma edad que John Lennon, se dieron cuenta de que estaban pasados de moda. Y, claro, no reaccionaron bien. Eso de pasar de moda, por cierto, nunca les pasó a los Beatles, lo cual es bastante notable.

–Escribe que en plena ‘beatlemanía’ la forma en que los fans se afirmaban como tales era eligiendo a un miembro del grupo frente a los demás. ¿Cuál era el suyo?

–Supongo que debería decir Paul. A finales de los años 70, él era un blanco fácil porque era presentado como un tío más bien simple, un showman con ganas de gustar a todo el mundo, mientras que John era el artista complejo y con inquietudes. Esa percepción se consolidó cuando murió John, que se convirtió en una especie de mártir, una figura santa. Creo que últimamente la gente se está empezando a dar cuenta de lo importante que fue Paul, no solo por sus increíbles aportaciones musicales sino también por su papel a la hora de mantener al grupo en movimiento. Lo puedes ver en [la serie documental] Get back: todos los demás están bostezando, exhaustos o aburridos, y él siempre está tirando del carro. Era el motor de los Beatles.

–Quizá lo más asombroso de la historia de los Beatles es que ninguno de ellos había cumplido los 30 cuando todo acabó.

–La velocidad con la que lo vivieron y lo hicieron todo es algo que no deja de sorprenderme. ¡Entre I want to hold your hand y Why don’t we do it in the road solo pasan cinco años! A los 23, ya llevaban el peso del mundo sobre sus hombros. Se vieron en el papel de tener que liderar a su generación, y no solo en la música. Ningún otro grupo ha soportado jamás la presión que tuvieron que soportar ellos. Cada disco que publicaban tenía que sonar completamente diferente al disco anterior y a cualquier otro disco, y además tenía que señalar el camino en el que iría la música pop para que los Rolling Stones pudieran seguirlo seis meses después. Mi suegro solía decir que eran como el flautista de Hamelín, conduciendo a los niños de su época lejos de sus padres. Todo el mundo iba detrás de ellos.

–¿Qué opina de ‘Now and then’, la última canción de los Beatles?

–Creo que el vídeo es increíble; muy emocionante y también un poco siniestro. La canción está bien, pero no acabo de comprar que sea del todo una canción de los Beatles. De hecho, es una canción que a John no le pareció suficientemente buena como para seguir trabajando en ella. Pero cualquier canción con los Beatles es mejor que nada y además ha hecho feliz a mucha gente, así que seguramente está bien que se haya publicado.