Isabel Cruz es abogada del despacho gallego Talín Ferreiro y, entre otros muchos asuntos, lleva el despido más mediático de estos meses, el de Antonio David Flores, exmarido de Rocío Carrasco, derivado de la emisión del documental Rocío, contar la verdad para seguir viva. Dice Isabel Cruz que, a pesar de ser un caso que genera horas y horas de televisión –la emisión se hizo en varios episodios y con tertulias y debates en otros programas–, en su despacho lo tratan como un despido más de los que tienen en trámite en juzgados de toda España.

La Fábrica de la Tele es la productora con la que Flores tenía una relación laboral y es, a su vez, la que produjo el documental en el que Carrasco rompió su silencio tras años de ausencia en televisión, y en el que aseguró haber sufrido maltrato por parte de su ahora ya expareja. Tras la emisión del primer episodio, La Fábrica de la Tele rompió su contrato con Flores, que era colaborador en “Sálvame”.

“Desde el punto de vista estrictamente jurídico es un caso más. Al final es un trabajador que está litigando por un despido en un Juzgado de lo Social, independientemente de que esto, después, tenga las repercusiones que todos sabemos”, relata Cruz, que indica que la ruptura de la relación laboral de su cliente con la productora que lo tenía contratado se realizó “de manera pública, en un programa de televisión”, uno de los motivos por los que considera que vulnera sus derechos fundamentales.

Una parte del juicio por este despido, que la productora La Fábrica de la Tele, con la que Flores tenía un contrato temporal y por el que participaba en programas de televisión, ya se celebró en julio. Esta próxima semana, según indica Cruz, se practicará una parte de la prueba que falta y, con ella, el procedimiento quedará visto para sentencia, y prevé que el fallo llegue a finales de este mes o a principios de octubre.

Flores entiende que el despido es “nulo o improcedente”, ya que la productora incurrió en defectos de forma al comunicárselo, y también porque cree que no se dieron las causas para que la ruptura de la relación laboral se ajuste a la legislación vigente. Sobre si pide una indemnización o su readmisión, Cruz aclara que, como el contrato era temporal, lo que solicita es una compensación económica, aunque prefiere no desvelar su cantidad.

“El despido se comunica en directo, en un programa en el que el trabajador se entera de la noticia a la vez que cinco millones de espectadores”, relata Cruz. “Todo esto es consecuencia de la emisión de un programa en el que su expareja le acusa de malos tratos y el empleador decide dar absoluto crédito a estas manifestaciones, aunque son unos hechos que ya están juzgados. Aquí hay un procedimiento penal, con una instrucción que ha durado casi dos años, en la que han intervenido un montón de profesionales y expertos en violencia de género y que dictaron una resolución, que fue confirmada por la Audiencia Provincial y por el Supremo, que dice que no hay indicios de que se haya cometido ningún delito y esa es la resolución que tenemos, será correcta o no, pero es la que hay”, comenta Cruz, que separa el procedimiento laboral del penal.

“El empleador, que tiene un interés directo en el programa de televisión en el que se realizan estas acusaciones, decide dar por buenas estas manifestaciones y aplicarle a su trabajador la medida disciplinaria más gravosa y todo esto, en horario de máxima audiencia y delante de millones de espectadores. Se ha hecho del despido de un trabajador un espectáculo televisivo. Esa es la realidad y se hace porque tiene beneficios económicos para el empleador”, apostilla su compañero Eduardo Ferreiro, que es socio director del despacho Talín Ferreiro. “Se han lesionado una serie de derechos fundamentales: su dignidad, su integridad, su derecho al honor, su principio de presunción de inocencia”, concluye.