Juicio por asesinato en un pub de Calatayud: "Amanecí en la discoteca y me encontré un muerto"

El hombre que golpeó con un extintor a su amigo alega un estado total de amnesia

Dice que estuvo seis días fuera de casa hasta que amaneció en el pub con el cadáver

Juan Andrés Gilgado León, esta mañana, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza.

Juan Andrés Gilgado León, esta mañana, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. / Jaime Galindo.

A.T.B.

Juan Andrés Gilgado León (España, 1985) se desmarcó ayer de su responsabilidad como presunto autor del asesinato que, la madrugada del 13 de agosto de 2022, se cobró la vida de un amigo –José Carlos Pascual Valtueña (España, 1971)– al que golpeó una treintena de veces con un extintor en el interior del pub Blue Lion de Calatayud. El acusado reiteró que no recuerda «nada» desde que el 9 de agosto abandonara su domicilio al discutir con su pareja hasta que, seis días después, despertara en el citado pub, se sorprendiera por la presencia de un cadáver y decidiera personarse en la comisaría de la Policía Nacional para comunicarlo a los agentes. «Amanecí en la discoteca y me encontré un muerto», resumió.

El procesado explicó al tribunal del jurado, presidido por el magistrado José Ruiz Ramo, que el 9 de agosto mantuvo «una discusión» con su expareja –«me fui de casa porque ya no la aguantaba más, me maltrataba psicológicamente», aclaró– que le llevó a abandonar la vivienda y a pedir «cinco gramos de cocaína» a un amigo. Ayer incidió en que su último recuerdo se remonta a la medianoche de ese mismo martes al esbozar un vago episodio entre dos discotecas del municipio bilbilitano, inmerso en la celebración de las fiestas de San Roque.

Tras seis días en los que estuvo consumiendo cocaína y «bebiendo alcohol», despertó el lunes 15 de agosto en el pub Blue Lion que había regentado con anterioridad y que, por esa época, ya se encontraba cerrado al público. «Miré el calendario y vi que era lunes. Me aseé un poco, abrí la puerta y, entre el sofá y la barra, vi un bulto, retrocedí, vi los pies y salí corriendo. Necesitaba una explicación porque no encontraba una lógica y un motivo e hice lo correcto en ir a la comisaría», rememoró Gilgado León. «Desde el martes no recuerdo nada hasta que amanecí en la discoteca. Siempre he tenido pequeñas lagunas mentales, pero a lo de estos seis días no le encuentro explicación», añadió.

Tampoco recuerda, por tanto, las extracciones por importe de 1.310 euros que efectuó horas después con la tarjeta bancaria del finado. Más allá de aferrarse a un estado de amnesia total, el acusado trató de hacer ver a los miembros del jurado que es un consumidor habitual de drogas. Precisamente, a preguntas de su abogado, el penalista José Luis Melguizo, asintió en relación a su participación en diferentes programas de desintoxicación y deshabituación de drogas tanto en su tierra natal (Extremadura) como ya en Aragón. También concretó que es consumidor de sustancias estupefacientes «desde los 17 años».

"Era un buen amigo, una excelente persona y cliente de los locales que yo tenía. Todavía no entiendo qué paso, no hay motivo alguno y... ¿llegas a eso? No lo entiendo"

Juan Andrés Gilgado León

— Acusado

No quiso abandonar la sala sin antes dirigirse al presidente del tribunal para solicitar el permiso de unas últimas palabras, aunque el magistrado le informó de que, el jueves, podría volver a dirigirse al jurado. «Me gustaría pedir disculpas a la familia. Él no tenía culpa de nada. Era inocente», comentó ya en pie. Previamente, a lo largo de su declaración, ya había tenido palabras para la víctima. «Era un buen amigo, una excelente persona y cliente de los locales que yo tenía. Todavía no entiendo qué paso, no hay motivo alguno y... ¿llegas a eso? No lo entiendo», expresó.

La constitución del jurado comenzó a las 09.30 horas y, en torno a las 11.00 horas, se dio por cerrada su configuración con la presencia de ocho mujeres y un hombre. La vista dio inicio con la intervención de la representante del ministerio fiscal, que solicita una pena de 23 años de cárcel por el delito de asesinato con la concurrencia, por un lado, de las agravantes de alevosía, ensañamiento y comisión de un segundo delito y, por otro lado, de la atenuante de confesión. También interesa otros tres años de prisión por un delito continuado de estafa.

La acusación particular a cargo de Juan Martín Calvente, por su parte, eleva la pena privativa de libertad hasta los 30 años al entender que no existe «ninguna eximente» para rebajar la condena. «Ni tan siquiera valorar la confesión», espetó el letrado. «La atenuante de confesión es de libro», respondió un Melguizo que habló de los problemas de «salud mental», «drogadicción» y «alcoholismo» que sufre su representado. «No vamos a solicitar la exención penal, pero sí modular la responsabilidad de sus actos», zanjó.