Una investigación hermética sobre la que apenas han trascendido datos. 48 horas de búsqueda por tierra y aire que concluían ayer de manera abrupta tras la llamada de un vecino de la zona que, a las 15.30 horas, alertaba del hallazgo del cadáver. El cuerpo de Manuel Alonso Rivas, natural de Vigo y de 81 años de edad, se encontraba "muy camuflado" en una zona boscosa de Sárdoma en la parte trasera de un hipermercado.

Cuando los agentes se desplazaron al punto comprobaron que el cuerpo presentaba signos de muerte por violencia y así se lo comunican al Juzgado de Guardia de Vigo, a la Policía Científica y a funcionarios de la Policía Judicial especializados en este tipo de casos. Finalizada la inspección ocular se traslada el cadáver al Nicolás Peña para la autopsia.

El hombre vivía solo y era habitual que saliera a dar paseos por la zona. De ahí que cuando la familia presentó la denuncia por desaparición el 5 de enero -tras descartar que se hubiera ido a otra casa que el fallecido tenía en A Cañiza- comenzó la investigación. La búsqueda se centró en un primer momento en el entorno porque los familiares explicaron que últimamente estaba algo más "desorientado", según la Policía. Incluso se peinó la zona con medios aéreos.

"A Manolo lo mataron"

El vecino que halló el cuerpo sin vida de Manuel Rivas afirma que "a Manolo lo mataron". "Estaba completamente envuelto en bolsas y trapos viejos, y por encima tenía muchas cañas y rastrojos", relata. Un paño en el costado "estaba ensangrentado ". Y los pies, asegura, estaban atados "con un cinturón ".