El atraco a un banco de Coia (Vigo) en el que cientos de billetes del botín de 120.000 euros fueron lanzados al aire por los asaltantes al verse cercados por un espectacular dispositivo policial ya está próximo a juicio. La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Vigo dictó en junio un auto en el que transforma las diligencias previas en procedimiento abreviado, lo que supone la continuación del proceso contra los cinco imputados en esta causa: los cuatro peligrosos delincuentes que participaron en aquel robo de película y un quinto que, junto a uno de los anteriores, reventó presuntamente con gas un cajero bancario en la parroquia viguesa de Matamá tres meses antes. Fue precisamente la vigilancia y otras indagaciones que la Policía Nacional realizó tras ese asalto con explosión lo que permitió detener a la banda de Coia.

Tras más de un año de instrucción, la juez describe en el auto lo que, tras la prueba practicada, considera "indiciariamente acreditado". Y el relato judicial arranca la madrugada del 17 de febrero de 2014, cuando Juan José Nogueira Rodríguez, vigués de 52 años considerado un histórico atracador, y Héctor M.F., un joven de 27 años, acudieron a la calle Canteiros en Matamá y reventaron supuestamente con gas el cajero de una sucursal bancaria, sin lograr botín alguno aunque causando destrozos. Los dos delincuentes, siempre según el documento judicial, huyeron del lugar en un Seat Ibiza robado en Portugal que abandonaron en la zona de Castrelos.

Tras ese atraco frustrado, se prosigue en el auto, Juan José Nogueira estrechó su relación con Edelmiro Fernández Rial, un vecino de Nigrán de 48 años con una antigua condena por homicidio a sus espaldas, y Agustín A.D., de 39 y el único que carecía de antecedentes. Los tres, se refiere en el auto, fueron vistos gracias a la vigilancia policial "llevando a cabo posibles labores de control y vigilancia sobre entidades bancarias".

Furgoneta

El asalto de Coia, concretamente en una sucursal de la calle Cronista Rodríguez Elías, se perpetró el 7 de mayo de 2014. Juan José, Edelmiro y Agustín, junto a Laureano Fernández Rodríguez, Laurin, de 48 años, fueron en una furgoneta Citroën Berlingo hasta el banco. Tras estacionar a unos 150 metros, Agustín se quedó en el exterior "en labores de vigilancia y control", mientras que los otros tres, cada uno con una pistola y cubriendo sus rostros, accedieron a la entidad. Una vez dentro, se señala en el auto judicial, intimidaron a los empleados con las armas, obligándoles a la apertura del cajero, la caja fuerte y los dispensadores, haciéndose así con un botín de 120.035 euros. Después abandonaron la oficina, dejando a los trabajadores atados de pies y manos con cinta de embalar.

Lo que ignoraban los ladrones es que la Policía Nacional seguía de cerca sus movimientos. Y que un amplio dispositivo, en el que había incluso agentes de los GOES, los esperaba en el exterior. Los tres atracadores que salían del banco y el que vigilaba fuera fueron detenidos, pero entremedias los asaltantes lanzaron el botín al aire y uno de ellos, Edelmiro Rial, supuestamente hirió con un cuchillo en el pie a un agente. Otro policía también sufrió lesiones al caerse al suelo.

Las grabaciones de las cámaras de seguridad del banco de Matamá y de Coia, pruebas de ADN y las intervenciones telefónicas -unido todo ello al hecho de que cuatro de los imputados fueron sorprendidos en el asalto de Cronista Rodríguez Elías- son algunos de los indicios que destaca la magistrada en el auto. A Héctor M.F. y a Juan José Nogueira les imputa delito de robo con fuerza intentado por la explosión del cajero de Matamá. Y también a Juan José y a los otros tres imputados les imputa delito de robo con violencia o intimidación consumado por el asalto de Coia. A mayores, a Edelmiro le atribuye delito de tenencia ilícita de armas y atentado a agentes de la autoridad.