La SecciónSegunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha decidido condenar a una pena de cinco años y medio de prisión a un ponteareano por propinar una "brutal paliza" (en palabras de la propia sala) a un vecino suyo por el simple hecho de llamarle la atención debido al ruido que hacía por las noches.

Así lo recoge el fallo que también establece en concepto de responsabilidad civil que el acusado, Diego L.C., deberá abonar a la víctima una indemnización de 38.613 euros por las graves lesiones causadas.

Según el relato de hechos probados, Diego L. C., sobre las 17 horas del 16 de febrero de 2010 se encontró con su vecino en el rellano de la escalera del edificio en el que ambos tenían su residencia en la localidad de Ponteareas. La víctima le recriminó al acusado que este hiciera ruido por las noches, a lo que el acusado "de forma sorpresiva y sin mediar palabra" le tapó la cara con la chaqueta que el perjudicado llevaba puesta para que así pudiera defenderse a la agresión y "le propinó dos violentos puñetazos en la cara provocando que éste perdiera el conocimiento y que cayera al suelo, en donde le siguió golpeando reiteradamente pese al estado de inconsciencia en que se encontraba" la víctima.

Como consecuencia de la agresión, el denunciante sufrió lesiones consistentes en una fractura facial compleja, pérdida de audición en un oído y otras que precisaron de cirugía maxilofacial. Como secuelas le restan el material de osteosíntesis, varias cicatrices, una leve desviación de la pirámide nasal hacia la izquierda con señales de fractura, pérdida de simetría ocular, deformación malar derecha o una leve caída de la órbita ocular hacia la izquierda, entre otras.

Para el tribunal, la versión dada por el acusado en el juicio, asegurando que él actuó en defensa propia tras varias agresiones iniciales del denunciante, es tan solo una "relación de hechos claramente exculpatoria" a la que los magistrados no dan crédito.

Por el contrario, si consideran veraz el relato efectuado en el juicio por el perjudicado que "se mostró rotundo y contundente, su declaración fue totalmente coincidente con todo lo que había venido declarando en fase de instrucción sin incurrir en contradicción, vaguedad o ambigüedad alguna".

Denuncia rotunda

También destaca que el denunciante fue "rotundo y contundente cuando afirmó que él en ningún momento golpeó a Diego, afirmación que resulta más creíble que la versión del acusado toda vez que ningún parte de lesiones se parecía en la causa" como hubiera sido "normal" de haber recibido el acusado algún golpe.

Por ello, concluyen que el denunciante sufrió "una brutal agresión a manos del acusado" y que además lo hizo con el agravante de superioridad al inmovilizarlo con su propia chaqueta y al tratarse además el acusado de un hombre "de aspecto musculoso y fuerte que incluso reconoció tener conocimientos kung fu" frente a la constitución "más delgada y menuda" de la víctima.