"Entré en la habitación de Imran, estaba solo con su osito de peluche, me miró como si estuviese asustado y empecé a abofetearlo. Cuanto más lloraba, más me ensañaba con él. Lo agarré y dos o tres veces lo arrojé contra la pared, la cama y el suelo. Le golpeé repetidas veces dándole puñetazos en la barriga y recuerdo que en esos instantes ya no lloraba. Pude ver que sangraba por una ceja, y entonces me di cuenta de que el niño ya no estaba". Así murió el pequeño Imran, un pequeño de apenas dos años que llamaba "papá" a quien pronunció estas palabras. FARO tuvo acceso al sumario del crimen de la maleta, que recoge, entre múltiples detalles, los testimonios de los dos acusados por el asesinato de Imran: su madre, Fadila C. S. y la pareja de esta, el coruñés David F. V.
Aunque los testimonios de ambos incurren en múltiples contradicciones, los investigadores han dado credibilidad a la primera parte del relato del padrastro de Imran, en la que detalla la forma en la que mató al pequeño. El resto, para los investigadores, no se sostiene. La pareja (él gallego de 33 años y ella marroquí de 22) había llegado a Oviedo con Imran (hijo de ella) desde Málaga en septiembre después de que él consiguiese un empleo de mecánico.
El sábado 25 de octubre David F. V. llegó drogado a casa de madrugada, con ganas de seguir consumiendo. Y pidió dinero a Fadila. "Apártate de mi, que me das asco", le dijo ella y abandonó el piso. Es entonces cuando David F. V., según su propia confesión, se quedó solo en casa con Imran y le dio una paliza hasta matarlo. Al parecer, caminó sin rumbo y decidió dejarlo junto a las vías del tren. Después regresó a casa.
