El juicio que se celebra en la Audiencia Nacional contra la mayor organización de importación de cocaína en España en contenedores procedentes de Sudamérica, a la que se intervinieron 1.500 kilos de droga en 2009 sigue deparando sorpresas. La fiscal, en sus conclusiones finales, ha elevado en 18 años más la petición de penas para el valenciano Rafael Núñez Cencerrado -el único capo de capos español situado por encima de los propios colombianos, según los investigadores- y para su presunto lugarteniente, Fabián Gilberto Pears. El Ministerio Público, que solicitaba 56 años para cada uno de ellos, añade otros 18 por un segundo laboratorio de cocaína cuya responsabilidad también les atribuye.
Con Cencerrado y Pears comparten banquillo en la Sección tercera de la Audiencia Nacional medio centenar de procesados que se enfrentan a penas que suman 881 años de cárcel y multas pro valor de 8.436 millones de euros. La capacidad de la organización era tanta, que según los investigadores negociaron en Barcelona la compra de un narcosubmarino que no llegó a culminar porque fueron detenidos.
Entre los procesados se encuentran los socios de la rama gallega del valenciano -que incluía a dos guardias civiles y a dos abogados de Vigo que presuntamente dirigían una "oficina" de contratación a la carta para los transportes de droga-; la rama que operaba en Valencia y al colombiana que distribuía desde Madrid los estupefacientes a distintos puntos de España. Cada uno de los integrantes del grupo gallego, en el que se incluye al empresario que facilitó la importación de los 800 kilos de cocaína que llegaron a Marín ocultos entre un cargamento de gambas congeladas, y un vilagarciano considerado lugarteniente de Cencerrado en Galicia, se enfrenta a 12 años de prisión y multas por 101 millones de euros.
La organización atribuida a Cencerrado incluía dos laboratorios de drogas, de ahí el incremento de la pena solicitada por la Fiscalía, que en sus conclusiones provisionales solo había solicitado condena por un de ellos.
La organización de "El valenciano" debe responder por dos grandes alijos, uno de 815 kilos de cocaína que entró por Marín y fue interceptado en el polígono coruñés de Pocomaco y otro de 586 kilos que entró por el Puerto de Valencia; pero también por los 43 kilos de cocaína interceptados en Adanero cuando viajaban camino de Arousa. Diez kilos a la semana iban a surtir el desabastecido mercado gallego, según el acuerdo que atribuye el fiscal con el arousano Miguel Ángel N.G. hasta completar una partida de 70 kilos.
Precisamente Núñez Cencerrado fue detenido en un chalé de lujo en Carril (Vilagarcía de Arousa) en uno de los numerosos viajes que realizó y donde compartía su afición a la motonáutica con otros supuestos narcos arousanos. En la localidad arousana de O Grove estaba afincado otro de los procesados, Francisco Javier Valencia Jaramillo, considerado lugarteniente de Andrés Felipe Ríos, que sería el responsable directo de los dos laboratorios de droga desmantelados en Madrid.
