Al menos 21 personas murieron ayer y más de 160 resultaron heridas, 42 de ellas graves, al descarrilar tres vagones de un tren del metro de Moscú, en el accidente más grave en la historia del principal medio de transporte de la capital rusa y uno de sus mayores orgullos.

El descarrilamiento se produjo en hora punta en el tramo entre las estaciones Park Pobedy y Slavianski Bulvar, en el este de la ciudad, cuando el convoy iba desde el centro de Moscú hacia el extrarradio, lo que evitó un mayor número de víctimas. El aviso del accidente llegó al puesto de controladores a las 08.39 hora local (04.39 GMT), explicó Vladímir Markin, portavoz del Comité de Instrucción de Rusia, que descartó un atentado terrorista como causa. "Todas las demás líneas de investigación están abiertas", dijo Markin, que añadió que en el momento del descarrilamiento el tren iba a 70 km/h. La causa más probable podría ser una subida repentina de la tensión eléctrica, que provocó un error en el sistema de señalización y la brusca detención del tren.

La mayoría de las víctimas mortales eran moscovitas que se dirigían al trabajo. "Mi vagón quedó hecho papilla. Había muchos muertos y gente desmayada. Fue horrible", escribió en Facebook Alexandr Zagnibeda, uno de los pasajeros del tren siniestrado. El Gobierno ruso decretó hoy miércoles día de luto nacional en memoria de las víctimas. El Ejecutivo español expresó sus condolencias por el siniestro.