Penas que suman casi 60 años de prisión y multas por valor de casi 500 millones de euros. Esta es la condena impuesta por la Audiencia Nacional a una organización británico-colombiana asentada en Marbella y desarticulada por la Policía Nacional en diciembre de 2009 cuando intentaba introducir mil kilos de cocaína en el Puerto de Vigo a bordo del Destiny Exprés, un viejo buque oceanográfico apresado a tiros por los GEO a unas 200 millas de la costa gallega y que fue trasladado al Arsenal Militar de Ferrol. A bordo fueron detenidos el capitán, de nacionalidad británica, y siete tripulantes, la mayoría rumanos.

Las penas más altas son para los detenidos en tierra cuando huían de Vigo, donde esperaban la llegada del buque: el capo colombiano R.S.P., "Picón", 12 años de prisión y dos multas de 80.603.401 euros como jefe de la organización, y su lugarteniente británico, 10 años y seis de prisión y multa de 80.603.401 euros. Al padre y al cuñado del británico se les imponen 9 años y un día de prisión a cada uno y multa de 80.603.401 euros, igual que al capitán.

La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional absuelve a tres de los marineros al no hallarse pruebas de que supieran que iban a transportar un alijo de cocaína y condena a 3 años y 3 meses de prisión a otros tres, a los que aplica la atenuante de colaboración. El tribunal ordena también el comiso de los bienes y joyas intervenidos en los registros, como el Porsche Cayenne intervenido al capo colombiano en Marbella o las distintas armas de fuego.

La investigación en España comenzó por una alerta del SOCA británico que facilitó información sobre los tres cabecillas ingleses que estarían preparando un gran desembarco de cocaína procedente del Caribe con destino a Vigo. El Destiny Exprés, que cambió de capitán cuando el habitual recibió una paliza que le dejó con varias costillas rotas -no ha quedado claro en el juicio si porque se negó a realizar el viaje o porque intentaron secuestrarle- se trasladó de Canadá a Trinidad, donde cargó la droga, y se dirigía a Vigo cuando fue abordado en alta mar. El buque navegaba sin luces y sin bandera y sus tripulantes no pararon las máquinas cuando un patrullero de la Armada española les dio el alto, por lo que se realizaron disparos intimidatorios durante el abordaje, en el que participó una avión italiano marcando la posición del viejo oceanográfico.

El barco fue registrado en el Arsenal de Ferrol durante dos horas, hasta que el olor a pegamento de una moqueta sobre una escotilla que se abría con una llave especial permitió a perros y policías localizar el alijo oculto en una habitación que se podía presurizar para que los submarinistas pudieran abandonar el barco bajando directamente al agua.

La cocaína intervenida fue valorada en 26.867.800 euros en caso de venta al pro mayor y de 76.232.578 en caso de venta al por menor.

El capitán del buque logró alertar del asalto al capo colombiano, por lo tanto él como su lugarteniente y el padre de éste lograron huir de Vigo, donde ya había contactado con una empresa para atracar el buque. Los dos principales cabecillas fueron detenidos en Marbella.