Miguel S. M., de 38 años de edad, es el encargado de la estación de servicio situada en Currás (Tomiño), que fue asaltado el pasado lunes por cuatro hombres encapuchados. "Me amenazaron de muerte si no les entregaba el dinero. Abrí el maletero y les di la carpeta con la recaudación y documentos", relata.

Está convencido de que estas personas que ahora busca la Guardia Civil "me han estado siguiendo durante tiempo" para conocer sus movimientos y así asegurar el éxito del asalto.

No reconoció a ninguno de ellos. Los cuatro son jóvenes, de mediana estatura, hablan español y su acento es de la zona, describe. Miguel cuenta como el lunes por la mañana, después de visitar la gasolinera de Currás se situó en un pequeño cruce que hay más adelante, junto a la carretera Tui-A Guarda, para poder girar su Seat León en dirección a Tui, para ir hacia Vigo.

De improviso, un coche impactó contra el suyo, abollando la puerta del conductor y aparecieron cuatro encapuchados con pasamontañas que querían abrir las puertas, pero el autocierre estaba bloqueado y se lo impedía. Se pusieron nerviosos y uno de ellos disparó con una pistola contra el cristal del vehículo de Miguel, situado al lado del parabrisas. La bala debió entrar por el salpicadero, supone.

El encargado logró salir del coche y entonces uno de los encapuchados le exigió la recaudación: "dame el dinero, que te pego un tiro, que te mato", decía mientras le apuntaba con una pistola, acercando su cara a la suya, para amedrentarle todavía más. Entonces Miguel S. M. se dirigió al maletero de su coche para sacar la carpeta que contenía la recaudación del fin de semana y documentación. Ellos comprobaron el contenido y se llevaron todo, no sin antes exigirle la entrega de las llaves de su coche Seat León y volver a amenazarle para que no mirase hacia la carretera, exigiéndole que no se dise la vuelta y no llamase a nadie.

La víctima obedeció y escuchó arrancar los motores de los coches que conducían: un Audi A 4 (matrícula de Portugal) y un Mercedes familiar, al parecer sustraídos recientemente en Portugal y en la zona. Después llamó al 112 y a su jefe, para explicar lo sucedido. La Guardia Civil de Tomiño prosigue con las investigaciones.