La Policía Nacional de Pontevedra localizó y detuvo al hombre que en la tarde del pasado sábado llamó, como mínimo hasta en tres ocasiones, a la central del Servicio de Emergencias del 112 y a la comisaría de Pontevedra, para anunciar que había matado a su ex mujer, en el piso en que residía en Monte Porreiro.

Un anuncio que resultó ser falso pero que provocó un amplio y rápido despliegue policial y de los servicios de emergencia (bomberos y ambulancia del 061) ya que la supuesta víctima había sufrido en el pasado malos tratos a manos de su ex pareja, sobre la que pesaba una orden de alejamiento.

El hombre fue localizado en la misma tarde del sábado, no muy lejos de la vivienda de la calle Luxemburgo en donde denunció que había ocurrido el falso homicidio, caminando por la ribera del río Lérez con las manos ensangrentadas, lo que hizo temer lo peor al agente que lo encontró, que era el mismo que se ocupaba de proteger a la mujer, según explicaba ayer el comisario José Manuel Salgado.

Mientras el agente localizaba al autor de las llamadas falsas, otros agentes accedían por una ventana al interior de la vivienda en la que supuestamente se había cometido el homicidio y comprobaron que no había ningún cuerpo, y que el piso estaba vacío. A continuación la Policía Nacional consiguió contactar con la supuesta víctima, que se encontraba sana y a salvo, pues no había sufrido percance alguno.

De acuerdo con la información facilitada por el comisario provincial de Pontevedra, el detenido fue trasladado al hospital en donde se constató que la sangre de las manos procedía de heridas propias que se había autoinfligido.

Tras recibir asistencia médica, el hombre fue trasladado a una unidad psiquiátrica en donde quedó ingresado. El comisario provincial desconocía cuánto tiempo iba a permanecer internado. En cualquier caso la medida cautelar de protección sobre la mujer sigue vigente.

La Policía explicó que, de entrada, se dio gran credibilidad a la llamada recibida en la central del 112, porque se da la circunstancia de que en la citada vivienda de la calle Luxemburgo vive una mujer con un historial a su espalda como víctima de violencia de género.

Según ha trascendido esta pontevedresa había denunciado, en varias ocasiones por malos tratos a su pareja, de la que está separada y sobre la que pesa una orden de alejamiento. Dado que el hombre se identificó como su ex compañero sentimental se temieron lo peor: que podían estar ante un posible homicidio.

Fue este temor a un fatal desenlace el que encendió todas las alarmas y puso en marcha un protocolo especial.