La juez ordenó ayer el internamiento en la Unidad de Psiquiatría del Hospital do Meixoeiro de Vigo de la joven que se lanzó en coche con sus hijas de 2 y 4 años por un acantilado de Baiona para que sea sometida a una valoración por parte de especialistas del centro con el fin de que determinen su estado de salud mental y también si está en condiciones de prestar declaración por lo ocurrido. Ante esto, la magistrada prorrogó la detención de Ana Soto durante 72 horas. Una vez reciba el alta, la mujer pasará de nuevo a disposición del juzgado, que en ese momento decidirá la imputación formal contra ella –la Guardia Civil le atribuye un doble intento de homicidio– y la situación en la que quedará: prisión, libertad u otro tipo de medida judicial.

El suceso ocurría el martes por la tarde, cuando la joven se arrojó al acantilado en el monovolumen Citroën Xsara Picasso en el que también iban sus dos niñas. Lo hizo tras telefonear a su ex marido para advertirle de lo que iba a hacer. Madre e hijas salvaron su vida tras "volar" por un precipicio de unos 20 metros de altura ubicado en el mirador de Baredo, en el área de descanso de As Salgueiras. Mientras las niñas eran llevadas al Hospital Xeral, donde poco después recibían el alta, la mujer fue trasladada a Povisa: tras ser asistida de sus lesiones, fue detenida en el mismo centro sanitario por la Guardia Civil.

Tras pasar la noche en el cuartel de Baiona, un grupo de agentes de la Policía Judicial de la Benemérita la trasladó en un coche camuflado hasta los juzgados de Vigo para ser puesta a disposición del Juzgado de Instrucción número 5, en funciones de guardia. Aunque no suele ser habitual, la joven entró custodiada por los guardias civiles por la puerta principal del edificio, siendo visibles en ella algunas de las lesiones que sufrió en el siniestro: llevaba un collarín y presentaba heridas en la cara consecuencia del aparatoso golpe de su vehículo contra las rocas del acantilado baionés.

Pero esta madre no pudo declarar. Una vez en el juzgado, fue examinada por forenses de la clínica viguesa, quienes tras verla aconsejaron que fuese sometida a una valoración psiquiátrica por parte de especialistas antes de someterla a un interrogatorio judicial. Ante esta situación, la juez decretó esta medida y, en torno a las cinco y media de la tarde, una ambulancia del 061 escoltada por una patrulla de la Policía Nacional trasladó a la mujer a la Unidad Psiquiátrica del Meixoeiro, donde permanece en condición de detenida al prorrogar la magistrada esta medida durante tres días.

Una vez lo determinen los médicos, volverá a ser puesta a disposición judicial –si recibe el alta antes del plazo de 72 horas se hará cargo de ella la Policía, según el TSXG, para después llevarla ante la juez–. Fuentes judiciales señalaron que están a la espera de que los expertos determinen si la joven "padece algún problema psiquiátrico" relacionado con la comisión de unos hechos que califican de "graves". La imputación formal por haberse arrojado con sus dos hijas puede ser de dos delitos de homicidio en grado de tentativa con la agravante de parentesco aunque, según estas fuentes, no se descarta que la calificación sea de presunto intento de asesinato si se prueba que concurrieron factores como premeditación o alevosía. El padre de la detenida permaneció ayer en los juzgados y pudo consolarla mientras la joven aguardaba sentada en los bancos de la sala de guardia a que la trasladaran al Meixoeiro.