En el juicio insistió una y otra vez en su inocencia, pero la juez no se ha creído su versión exculpatoria. El Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo ha condenado a siete años y medio de prisión y al pago de indemnizaciones que suman más de 9.000 euros al hombre de 39 años de edad que provocó graves lesiones a dos chicos a los que acuchilló mientras celebraban un "botellón" en la zona de Montero Ríos de la ciudad olívica. El agresor, que cometió estos hechos mientras disfrutaba de un período de libertad condicional, también golpeó a uno de los dos policías nacionales que lo arrestaron en las inmediaciones y que hallaron en su poder el cuchillo con restos de sangre.

La sentencia –contra la que cabe recurso– impone a Moisés G.F. la pena de los siete años y medio de cárcel por dos delitos de lesiones con instrumento peligroso y otro de atentado a agentes de la autoridad. La juez también lo condena al pago de una multa de 360 euros por una falta de lesiones y, en el apartado de responsabilidad civil, ordena que indemnice al joven al que apuñaló en el abdomen con 7.959 euros y al compañero de éste, que recibió la cuchillada en un glúteo, con 1.017 euros. El condenado también deberá pagar 197 euros al policía al que atacó y causó lesiones en un dedo de una mano.

Todo ocurrió la madrugada del 27 de septiembre de 2008. Era en torno a las seis de la mañana cuando el agresor se acercó a la zona de Montero Ríos, concretamente a un grupo de jóvenes que celebraban con un "botellón" el cumpleaños de dos de ellos. La fiesta se truncó cuando Moisés intentó llevarse una botella. Uno de los chicos se lo recriminó y se inició una discusión entre el acusado y Rubén, el joven que resultó herido más grave. Según consta en el apartado de hechos probados de la resolución, la disputa verbal derivó en un forcejeo en el que el acusado, tras decirle al joven "no sabes quien soy, te voy a matar", sacó un cuchillo de su bandolera y acabó propinando una puñalada en el abdomen de la víctima, quien no se había percatado de que Moisés portaba un arma.

En ese momento intervino el otro joven que resultó herido, Carlos Manuel. Tampoco se había dado cuenta de que el agresor llevaba un cuchillo y su única pretensión, señala la sentencia, era "calmarlo". Pero el procesado lo agarró por la espalda, le metió la mano en el bolsillo trasero del pantalón y acabó dándole una cuchillada en un glúteo. Ante esta situación, tanto los heridos como sus amigos huyeron corriendo: siempre según el fallo judicial, Moisés fue tras ellos persiguiéndolos, pero acabó cayéndose de bruces en unas escaleras.

Indentificación

Su arresto se producía minutos después. Dos policías lo identificaron y detuvieron cerca del lugar donde se habían producido las graves agresiones y encontraron en su bandolera el cuchillo con sangre. La explicación que el reo les dio sobre estos restos fue que eran de cortar "un filete". El traslado del acusado a las dependencias policiales no fue fácil: insultó y amenazó a los agentes – "cuando os pille fuera os vais a enterar, me da todo igual", se recoge en el fallo– y, al ser sacado del vehículo, dirigió una patada a la cintura de uno de los policías. El agente repelió esta agresión con una mano, sufriendo un traumatismo en uno de los dedos.

En el juicio celebrado hace casi un mes, Moisés G.F. no fue el único en sentarse en el banquillo de los acusados. Junto a él estaban también los dos jóvenes que recibieron las cuchilladas, a los que la abogada del reo imputaba sendas faltas de lesiones al señalar que fueron ellos quienes causaron las lesiones que presentaba su cliente. Sin embargo la juez –siguiendo el criterio del fiscal– absuelve a ambos chicos al señalar que "no consta" que los jóvenes agredieran al condenado. La magistrada concluye que se limitaron "a repelerlo y a defenderse".