Adiós a Victoria Prego, cronista de la concordia posible

Políticos y compañeros despiden a la periodista de raíces gallegas, autora del mejor relato de la Transición, fallecida ayer a los 75 años

La periodista Victoria Prego, en Club FARO en enero de 1996, junto a Gerardo González Martín.   | // Jesús de Arcos

La periodista Victoria Prego, en Club FARO en enero de 1996, junto a Gerardo González Martín. | // Jesús de Arcos / Rafa López

Rafa López

Rafa López

“La concordia fue posible”, reza el epitafio de la tumba de Adolfo Suárez en la catedral de Ávila. Hoy más que nunca parece imposible la empresa de la Transición, pero hubo una periodista que la explicó como nadie, quizá porque encarnaba en su persona ese espíritu conciliador que unió a Suárez, Fraga, González y Carrillo. Así lo reconoció ayer de forma unánime el mundo del periodismo y la política, dejando a un lado –siquiera por un día– la polarización ideológica. Victoria Prego, una de las profesionales de la información más unánimemente respetadas y reconocidas de nuestro país, como resaltaba ayer el periódico que cofundó, “El Independiente”, falleció ayer a los 75 años.

Nacida en Madrid el 11 de noviembre de 1948, Victoria Prego tenía raíces gallegas: era hija del también periodista y dramaturgo ourensano Adolfo Prego de Oliver, y sobrina del pintor gallego Manuel Prego de Oliver. Pasó temporadas en Ourense, en casa de sus tíos y primos. Estudió Ciencias Políticas y Periodismo, y tras iniciarse en “El Alcázar”, “Informaciones” y la agencia Efe, entró en Televisión Española en 1974 como redactora de Internacional. Después de ser corresponsal en Londres (1977-1979) presentó junto a Joaquín Arozamena, y por encargo de Iñaki Gabilondo, entonces director de Informativos de TVE, el informativo nocturno “Al cierre”.

En Ourense (2014), para recibir el premio Ourensanía.   | // BRAIS LORENZO

En Ourense (2014), para recibir el premio Ourensanía. | // BRAIS LORENZO / Rafa López

Junto a Gabilondo y Rosa María Mateo dio cuenta, desde los estudios de Prado del Rey, de las noticias del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. También presentó el programa semanal “Debate” (1986-1987). En la época en la que TVE era la única cadena de televisión, con dos canales y audiencias de hasta 13 millones de personas, cualquier presentador se convertía de inmediato en un rostro inmensamente popular. Eso propició que en 1985 le pidieran protagonizar un anuncio publicitario, una promoción de los “espárragos de nuestra tierra, de primer plato” en la que participó de forma desinteresada.

En 1986 y 1987 entrevistó media docena de veces en directo para TVE al entonces presidente del Gobierno, Felipe González. Por ello algunos, incluso dentro del ente público, la tildaron de afín al líder socialista, algo que le dolió enormemente y que, pasado el tiempo, se antoja ridículo. Al fin y al cabo, como ella decía, en Europa solo los mejores periodistas entrevistan a los presidentes del Gobierno, y entonces solo había una televisión.

En 1987 le pidió a la entonces directora de RTVE, Pilar Miró, que la liberara de los programas en directo para emprender la labor de la que sería su obra magna, una serie documental sobre la Transición realizada junto a su marido, Elías Andrés. Aquello le llevó casi un lustro, buceando en el archivo de RTVE y entrevistando a los protagonistas históricos en España y el extranjero. Terminado el proyecto, alguien decidió guardarlo en un cajón, donde permaneció más de dos años. “La Transición española” vio finalmente la luz en 1995, pero casi de tapadillo, en La 2, y en un horario infame: la noche de un domingo de julio. “Protesté y pedí amparo al consejo de administración –le contó en una entrevista a Juan Carlos Álvarez cuando intervino en el Club FARO en enero de 1996–. Nunca se había puesto una serie de estas características en verano, por eso protesté mucho, porque había una clara intención de que pasara por debajo y muriera”, añadió la informadora, que nunca supo –aseguraba– el porqué de aquella marginación.

Pese a todo, la indiscutible calidad de la serie se impuso y resultó ser un enorme éxito de audiencia. Con todo aquel ímprobo trabajo documental y material adicional que no fue posible incluir en la serie, publicó en 1995 el libro “Así se hizo la Transición”. La popularidad y el prestigio de la periodista eran tan notables que Plaza & Janés decidió que su nombre ocupara casi toda la cubierta del libro, con el título en unos caracteres comparativamente minúsculos.

Los personajes históricos solían decirle: "a ti sí te lo cuento". Gracias a la confianza que inspiraba su rigor y profesionalidad pudo obtener valiosos testimonios para sus obras, como los del equipo médico del dictador que recoge el documental "Así murió Franco", Medalla de Plata de Documentales Históricos en el Festival de Nueva York.

Hasta el último día

En 2000 se incorporó al diario “El Mundo” como subdirectora, cargo que ocupó hasta que en 2016 acompañó a Casimiro García-Abadillo en la fundación de “El Independiente”, periódico en el que ejerció como adjunta al director de su amigo y antiguo compañero de “El Mundo” hasta el final. Su último tuit lo escribió el martes a las 6.28 de la tarde, horas antes de su muerte, recomendando el artículo de un subordinado en “El independiente”, Luis Miguel Fuentes.

Recibió numerosos reconocimientos y galardones, sobre todo a partir de 2013, año en el que sufrió un ictus que a punto estuvo de costarle la vida, y en el que recibió el premio de honor de la Asociación de la Prensa de Madrid, que presidió posteriormente. En 2014 recibió el Premio Ourensanía, impulsado por la Diputación ourensana.

“Era la persona menos sectaria que he conocido. Y menos pagada de sí misma”, decía ayer un emocionado Casimiro García-Abadillo. Por ese motivo recibió el afecto, a través de decenas de mensajes en las redes sociales, de periodistas de todas las tendencias y de numerosos políticos, incluido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. También los reyes recordaron en un mensaje a Victoria Prego como “gran cronista de la Transición”, la voz que mejor narró una época de España en la que la concordia sí fue posible.

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