Cinco minutos angustiosos de lucha por un poco de oxígeno

La viguesa Genesis Lence describe un mundo posapocalíptico en su cortometraje “Five minutes”, rodado durante la pandemia

Un fotograma de "Five minutes"

Un fotograma de "Five minutes" / FdV

¿Qué estaría dispuesto a hacer si tuviera que disputarse el oxígeno respira? Ésta es la pregunta que lanza al espectador “Five minutes” (2021), el cortometraje postapocalíptico con el que la directora, creadora y fotógrafa Genesis Lence (Vigo, 1984) ha obtenido ocho premios internacionales en festivales de todo el mundo. En un metraje de siete minutos, angustiosos, claustrofóbicos, el corto aborda las consecuencias del cambio climático, la privatización de bienes y recursos básicos como el agua, la comida y el oxígeno, y la destrucción del estado de derecho. El corto, que se estrenó en el Sort Film Corner del Festival de Cannes, está protagonizado por dos mujeres, interpretadas por Aïda Ballmann y Serai Ballmann, que luchan por esa brizna de oxígeno que las separa de la muete en un planeta desolado. No se sabe qué ha ocurrido; sólo que el planeta está debastado: el paisaje es desértico, las calles están vacías, los edificios abandonados. Las dos protagonistas parecen ser las únicas sobrevivientes.

Esta historia responde a la preocupación de Lence por el devenir del planeta y la cabina como eje central de la trama tiene su origen en un sueño. “De pequeña, soñaba con una cabina de oxígeno y esa idea se quedó ahí, como algo fantasioso. Pero cuando, hace unos años, empecé a trabajar en el departamento de arte de películas y a hacer mis primeros trabajos como independiente, recuperé ese sueño como algo que no estaba tan lejos de nuestra realidad para hablar del devenir del planeta”, explica la artista viguesa, que tiene otro corto, “Sordas” (2016), que ahonda en la relación entre una madre y una hija sordas y que pudo verse en la edición de 2017 del Festival Internacional Primavera de Cine.

Rodada en septiembre de 2020, en plena pandemia en San Martín de la Vega (Madrid), “Five minutes” comienza con una mujer avanzando desesperadamente hacia una cabina desvencijada. En cuanto entra, una voz metalizada le recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja respirar al menos 5 minutos al día de oxígeno puro y publicita que la corporación Oxigene lo proporciona por un módico precio. Apenas lleva unos minutos nutriendo sus pulmones del oxígeno que ya no le proporciona la atmósfera, cuando otra mujer, igual de desesperada que ella, irrumpe en el cubículo e intenta arrebatarle la mascarilla que le suministra el preciado bien. “Hay una delicada línea del equilibrio y en cuanto se rompa, todos nos volveremos locos, porque si hay que luchar por el aire, no nos vamos a contener”, sostiene.

“Las mujeres podemos hacer también cine de ciencia ficción y de acción”

Genesis Lence

— Directora de cine

Un fotograma de “Five minutes”.   | // FDV

Un fotograma de “Five minutes”. / José Lores

La realizadora ve el futuro del planeta incierto, aunque mantiene un punto de optimismo, como en el propio corto, donde el día siguiente se presenta como una nueva oportunida de comenzar de nuevo. “Mantengo cierta esperanza porque hay una gran parte de la humanidad que está luchando por el planeta”, afirma.

Ante la posibilidad de un futuro como el que narra “Five minutes”, Lence cree que la labor del cineasta es mostrar visualmente el mundo que conocemos y concienciar del riesgo que corre si no se protege, un riesgo, advierte, que está estrechamente vinculado con el futuro de la raza humana.

Lence reside actualmente en Madrid, ciudad a la que se trasladió hace unos años desde Sevilla, donde estudió el ciclo de fotografía artística en la Escuela de Artes de la ciudad andaluza y donde comenzó su andadura profesional. Ha ejercido en varios cortometrajes de atrecista, montadora y directora de fotografía.

Tras realizar dos proyectos de cooperación artística en Rumanía y Macedonia relacionados con fotografía documental, en 2011 viajó a la Antártida con una beca artística de la Dirección Nacional del Antártico Argentino y el CSIC. “Fue durante esta estancia cuando cambió mi rumbo y decidí dedicarme más a fondo a temas medioambientales y sociales”, reconoce.

Estuvo en verano, a menos 20 grados, compartiendo espacio con los militares y científicos de dos bases argentinas. “Fue lo mejor que pudo pasarme en la vida. Fue un regalo y siempre pienso que ojalá pudiese volver. Tengo mil anécdotas”, explica.

En estos momentos tiene varios proyectos entre manos. El más ambioso, un largometraje, que negocia con una productora malagueña, un “thriller” de acción protagonizado por dos mujeres policías que hacen de señuelo para capturar a un asesiono en serie de mujeres. Sabe Lence que se abre ante ella un largo camino para sacar adelante este proyecto. Asegura que abrirse camino en el mundo del cine es complicado. Y más si se es mujer. “Como mujer, ecuentro que hay una brecha muy grande y que a las cineastas nos obligan un poco a hablar de problemas de género como si no pudiésemos hacer ciencia ficción, una película de acción o hablar de la deriva del planeta. Yo si tuviese otro presupuesto haría otro tipo de cine, más complejo”, opina.

Trabajar para acabar con esta brecha es uno de los objetivos que se ha marca esta viguesa. “Es algo que tenemos que hacer entre todas”, comenta la directora y creadora.

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