Entrevista | Ramón Otero Escritor

“Hoy un asesino en serie tiene menos libertad para moverse”

El guardia civil vigués publica su segunda novela, “Peregrino”, un “thriller” ambientado en el Camino de Santiago

Ramón Otero, con su nueva novela.

Ramón Otero, con su nueva novela. / Julio Santos Álvarez

“Unos tratan de alertar a las ovejas. Otros vivimos para comérnoslas”. Esta frase da una idea del tipo de asesino al que se enfrenta Anna Draven, la protagonista de “Peregrino” (Cosecha Negra Ediciones), “thriller” de Ramón Otero (Vigo, 1982) ambientado en el Camino de Santiago. El escritor y guardia civil, que debutó en el mundo literario con “Recopilación de relatos” y el año pasado autoeditó con el sello de Amazon “Magna”, historia ambientada en el Vigo castreño, presentará esta nueva novela, que ya va por la segunda edición, este viernes (20.00 horas) en la librería Librouro de Vigo.

–¿Cómo surge esta historia?

–Siempre me ha interesado el Camino de Santiago. Lo he hecho en tres ocasiones. La idea surge de pensar cómo se comportaría un asesino itinerante y cómo sería convertir el Camino de Santiago en el coto privado de ese depredador. La historia comienza cuando la protagonista, Anna Draven, una agente del FBI descendiente de gallegos, de vacaciones en Bueu, encuentra un libro que cree que es de ficción. Sin embargo, al leerlo descubre que todo lo que narra ha sucedido. Una de las víctimas es ciudadana estadounidense, por lo que Anna solicitará permiso a la Audiencia Nacional para dar caza al asesino en el siguiente Año Xacobeo.

–Supongo que su formación como guardia civil le ha ayudado a la hora de abordar esta historia.

–Claro. Muchas veces lees novelas policiacas, incluso de grandes escritores, que tienen muchos errores en los protocolos que se aplican, por ejemplo, porque no están bien asesorados. Es como si yo quisiera escribir sobre cirugía.

–Su primer libro fue una recopilación de relatos, el segundo una novela histórica y ahora un “thriller”. Le gusta cambiar de género...

–No me gusta encasillarme. Tengo otras doce novelas ya escritas y listas para presentar al mercado editorial y hay de casi todos los géneros, aunque lo más seguro es que la siguiente que publique sea otro “thriller”. Escribo lo que me gustaría leer y a mí me gusta leer de todo menos poesía, libros de autoayuda y novela romántica.

–¿Cuándo escribe para tener una docena de novelas en el cajón?

–Mi mujer me dice que estoy enfermo (se ríe). Me pego jornadas de ocho o diez horas. A veces, cuando tengo el día libre, me levanto a las cinco de la mañana y me pongo a escribir. ¿Se va el niño a la guardería y yo no trabajo por la mañana? Pues me dedico a escribir hasta que sale. Me gusta muchísimo.

–¿Sería fácil para un asesino en serie actuar en el Camino de Santiago y burlar a los investigadores?

–Hoy sería un poco más complicado porque la tecnología y la investigación forense han avanzado muchísimo. Hace veinte o treinta años, un asesino itinerante aún podía tener cierta libertad para moverse. Por eso, ambiento la novela en los años 1993 y 1999, cuando los análisis de ADN estaban aún en pañales: se podían extraer muestras, pero no había con quién contrastarlas. Hoy lo tendría mucho más complicado, aunque aun así, en el Camino de Santiago se mueven cada día miles de personas. Además, cuando no hay un motivo, cuando asesino y víctimas no se conocen, es más fácil ocultar el crimen. El problema está cuando matas a tu cuñado.

–La novela comieza citando un tema de los Rolling. ¿Qué peso tiene la música en la trama?–

Siempre escribo con música y luego creo una lista en Spotify para que los lectores la tengan como banda sonora de la novela.

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