Las ucis gallegas se vacían de pacientes COVID por primera vez en casi mil días

Estas unidades no estaban libres de casos de coronavirus desde el 24 de julio de 2020, hace dos años y ocho meses | Permanecen 134 positivos en unidades de hospitalización

Personal de Povisa, en Vigo, atiende a un paciente COVID en la UCI del hospital en 2020.

Personal de Povisa, en Vigo, atiende a un paciente COVID en la UCI del hospital en 2020. / RICARDO GROBAS

Rafa López

Rafa López

No hay pacientes con COVID en las unidades de cuidados intensivos (ucis) gallegas, según el boletín emitido ayer por la Consellería de Sanidade. Es un vacío que no se producía en la comunidad en casi mil días. Exactamente, 992, los transcurridos desde el 24 de julio de 2020, fecha del último parte del Sergas con cero casos de coronavirus en las ucis. De los 737 casos que se registran oficialmente –aunque sabemos que la cifra real es muy superior–, permanecen 134 en unidades de hospitalización. Otra buena noticia es que el de ayer fue el primer informe de abril con cero fallecidos, por lo que la cifra total de decesos por la pandemia en Galicia es de 4.119.

Sanidade comenzó a comunicar de forma regular la ocupación hospitalaria de COVID a mediados de marzo de 2020, recién declarado el primer estado de alarma. El boletín del 15 de marzo de 2020 ya contemplaba 8 pacientes en uci. El confinamiento propició que, transcurridos casi tres meses, las ucis gallegas se vaciasen antes del verano: el 10 de junio de 2020 no había pacientes COVID en las ucis gallegas, situación que se mantuvo hasta el 10 de julio de ese año, cuando se notificaba tan solo un paciente.

Hasta ayer, el último boletín con cero pacientes COVID en uci fue emitido el del 24 de julio de 2020. Un día antes, en el parte del 23 de julio de 2020, se reflejaba el menor número de hospitalizados totales –163, de ellos ninguno en uci– desde marzo de 2020.

Que no haya positivos de COVID en las ucis es una buena noticia que hay que situar en el contexto de la ocupación hospitalaria COVID en Galicia en los últimos meses, que ha sido de meseta en ligero descenso. Desde octubre pasado la comunidad no ha bajado de un centenar de casos en los hospitales, mientras que la cifra en ucis se ha mantenido casi siempre por debajo de la decena.

En cualquier caso, la presión hospitalaria es mínima y nada tiene que ver con la época anterior a las vacunas ni con la ola provocada por la variante ómicron a comienzos de 2021. El 4 de abril de 2020 se registraban 177 casos COVID en las ucis gallegas, el máximo de la primera ola. Y el 8 de febrero de 2021 había 254, todo un récord que habla de la alta transmisibilidad de ómicron, un virus que sin vacunas hubiera causado una auténtica hecatombe.

La protección que ofrece la alta cobertura vacunal (que en Galicia supera el 90% en la población de mayor edad) permite que las cifras de enfermedad grave y fallecimiento sean mucho menores, aunque la alta transmisibilidad de ómicron y sus múltiples subvariantes –hay más de 1.100 descritas en este momento–, con capacidad para reinfectar, hacen que la gráfica de casos en los hospitales lleve meses dibujando una meseta.

Desde la generalización de las vacunas, los pacientes con prueba positiva para el coronavirus que reciben los hospitales no muestran, en un alto porcentaje, el perfil de los pacientes típicos de las olas iniciales. Gracias a la inmunidad inducida por las vacunas, los pacientes con neumonía asociada al COVID empezaron a ser una minoría entre el total de ingresados con prueba positiva. Muchos ingresan por otras patologías y dan positivo, por lo que pasan a contar como COVID, pero no son pacientes con COVID grave. Esta situación más favorable ha hecho que algunos médicos y responsables de sistemas de salud consideren el COVID actual una enfermedad diferente a la de las primeras olas.

Galicia llegó a registrar un récord de 254 casos en uci el 8 de febrero de 2021

Por otro lado, los médicos recuerdan que la uci, con intubación y otras medidas invasivas, es un recurso que se limita a los pacientes con expectativas de sobrevivir; no solo en pacientes con COVID, sino con cualquier patología. La intubación conlleva riesgos, como neumonías asociadas a ventilación, y en la práctica los mayores de 80 años, pese a ser los que más fallecen por COVID, son los que menos ingresan en las ucis y acaban muriendo en planta. Por ello, el hecho de que las ucis estén vacías de pacientes COVID es una magnífica señal, pero no implica necesariamente que vaya a cesar el goteo de fallecimientos por este coronavirus.

La experiencia del verano de 2020, cuando algunos dirigentes políticos dieron por terminada la pandemia, nos enseña que no hay que bajar la guardia. Los expertos no descartan que la situación dé un giro negativo por la irrupción de variantes más virulentas y/o transmisibles, o que eludan la protección contra enfermedad grave y muerte que inducen las actuales vacunas. La probabilidad de otro “evento ómicron” se cifra entre un 10% y un 20% en los próximos dos años, un riesgo que se incrementa con el tiempo. Por eso el Gobierno de Estados Unidos, que acaba de derogar el estado de emergencia por el COVID, impulsa la investigación y desarrollo de mejores vacunas que impidan los contagios.

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