Couso: “El uso de las pantallas tiene consecuencias cognitivas en los niños”

“El juego es una herramienta fundamental porque nos permite trabajar habilidades socioemocionales y competencias matemáticas y lingüísticas”, afirma la pedagoga

María Bueno y María Couso (dcha.), ayer en el Club FARO. |  // RICARDO GROBAS

María Bueno y María Couso (dcha.), ayer en el Club FARO. | // RICARDO GROBAS / ÁGATHA DE SANTOS

“El uso de las tecnologías, cada vez a edades más tempranas, está teniendo consecuencias cognitivas en los niños”, advirtió ayer la pedagoga y profesora María Couso (Vigo, 1986), conocida en redes como PlayFunLearning, durante la presentación en el Club FARO de su libro “Cerebro, infancia y juego” (Ediciones Destino), en el que explica, de una manera sencilla y amena, cómo se desarrolla nuestro cerebro desde la infancia y cuáles son los factores que promueven un mejor desempeño cognitivo, entre los que destaca los juegos de mesa.

En su opinión, la exposición a las pantallas explica el cada vez mayor número de niños con dificultades atencionales. “La pantalla es sonido, movimiento y visualización, con lo que los niños pierden la capacidad endógena de redirigir su foco antencional. Por eso hoy estamos viviendo niños con tantas dificultades para mantenerse en una tarea”, explicó.

También están cambiando la forma en que se relacionan. “La cultura ha cambiado completamente. Los niños utilizan cada vez más herramientas digitales. De hecho, ellos argumentan que a través de las conexiones online con sus amigos están trabajando esas habilidades sociales, pero estas han de trabajarse en la presencialidad. No es igual vivenciar algo de forma virtual que de manera presencial”, manifestó la experta durante la conversación que mantuvo en el MARCO de Vigo con la periodista María Bueno.

Frente a las pantallas, Couso apuesta por los juegos tradicionales, y en concreto por los juegos de mesa, como base del aprendizaje. De hecho, desde 2019 la pedagoga viguesa ofrece formaciones al profesorado y a las familias de forma abierta por todo el territorio nacional con su proyecto “Cerebro y juego” promoviendo el uso de juegos de mesa como herramienta de aprendizaje (ABJ) y como metodología facilitadora de procesos cognitivos.

“El juego es una herramienta fundamental porque nos permite establecer esa comunicación en habilidades socioemocionales, aumentar determinadas capacidades o habilidades atencionales y de control de impulsos, y trabajar competencias matemáticas y lingüísticas...”, sostuvo..

Couso también explicó cómo funciona el cerebro y desmontó la teoría del cerebro triuno de Paul MacLean, que lo concibe como un sistema formado por tres subsistemas: el reptiliano, el límbico y el neocórtex , los cuales interaccionan permanentemente para la producción de la conducta. Según la experta, se trata de una teoría “totalmente errónea” y aseguró que el cerebro no se construye por capas. “La neurociencia ha demostrado que emoción y razón están intrínsecamente relacionadas”, dijo.

La conferenciante aseguró que las capacidades cognitivas evolucionan hasta el momento de la muerte porque el cerebro es neuroplástico, por lo que estamos aprendiendo siempre, aunque matizó que esta neuroplasticidad se va perdiendo a medida que envejecemos. “Somos seres inacabados y esta es la clave de la que deberíamos partir”, dijo.

También se mostró contraria al sistema de castigo-recompensa al considerar que acaba con el interés por aprender como algo bueno para uno mismo y habló del papel que tiene la atención. “La inteligencia no es nada al lado de la atención. Sin esta no hay aprendizaje”, aseguró la pedagoga, máster en Psicopedagogía Clínica y Neuroeducación. Y esta capacidad es una de las muchas que trabajan los juegos de mesa.

Recordó, además, que la forma más natural de aprender que tienen los niños es a través del juego, que también favorece la planificación, y ayuda a desarrolla la resiliencia y la empatía, y les enseña a gestionar la frustración, entre otras muchas cosas. Asimismo, explicó que la reacción de enfado desmedido que muestran los niños pequeños cuando pierden es normal porque durante la infancia disfrutamos de la recompensa por la anticipación, pero no por la incertidumbre, que para un adulto es motivo más que suficiente de expectativa de placer. Sin embargo, añadió que esto no es motivo para eludir los juegos competitivos.

“Quería hacer un libro que vinculara la neurociencia con el juego”

Desde que estudiaba Secundaria, María Couso, tuvo claro que se dedicaría a la educación. Licenciada en Pedagogía y máster en Psicopedagogía Clínica y Neuroeducación, es la creadora de PlayFunLearning, un proyecto que, como ella misma explica, tiene como objetivo divulgar contenido pedagógico de calidad compartiendo consejos que ayuden a mejorar las prácticas educativas tanto dentro como fuera del aula. Este espacio reúne la neuroeducación y el aprendizaje desde el punto de vista lúdico como vehículo motivador del alumnado.

La experta viguesa explicó que “Cerebro, infancia y juego” nace de la necesidad de acercar la neurociencia a la población general. “La gran herramienta de democratización real es el acceso a la información procesada. Quería compartir un libro con una buena base científica, y también vincular la neurociencia con el juego, del que soy una gran defensora, y especialmente de los de mesa”, comentó.

Habló también de la creatividad, que definió como la capacidad de encontrar distintas soluciones a un mismo problema. “Mucha gente cree que el niño tiene que aburrirse para ser creativo, pero para conformar un cerebro creativo lo que realmente tienes que hacer es promover muchas experiencias vitales que hagan que tenga una mochila lo suficientemente amplia porque la creatividad es lo que permite conectar ideas”, afirmó