El vigués Fernando Ureña rescata en HBO la relación entre la camorra y Maradona

Para los que tuvieron su infancia en los 80, Maradona fue un ejemplo que no había que seguir: un astro del fútbol rendido a la cocaína que acabó a bandazos en la vida. Para los que tenían más edad entonces, fue un deportista inigualable del balompié. La serie documental “11 tiros” –dirigida por el vigués Fernando Ureña– rescata su historia en HBO y cómo en aquel momento e incluso ahora sigue elevado a la categoría de mito e incluso de deidad en Nápoles, la ciudad italiana donde su leyenda se escribió con letras de oro. Como atractivo, se adentra en su relación con la camorra y logra el testimonio de uno de los ladrones que le arrebataron su Balón de Oro.

Maradona es el protagonista de los dos capítulos de apertura de la serie, que recorre algunos de los episodios más negros del fútbol, presentado, precisamente, por un futbolista, Pedja Mijatovic, exjugador del Real Madrid, con el que ganó su séptima Copa de Europa.

“Fue una idea que se le ocurrió al productor ejecutivo, Jacobo Eireos, de Lugo. Se le ocurrió porque le encanta el fútbol y quería unir esto con el crimen. Tardó tres minutos en convencerme”, recuerda Fernando Ureña, quien acumula varios hitos de documentales de investigación como “Latinos en el corredor de la muerte”, “Clandestino” o “El mercado de la inocencia”.

Así es "11 tiros", la serie de 'true crime' sobre fútbol dirigida por un vigués para HBO

En cuanto a la elección de Mijatovic como presentador, añade que “es una estrella mundial del fútbol. Procede de la antigua Yugoslavia. Cuando él era futbolista su país estaba en guerra. Él ha podido vivir en primera persona muchos dramas” y esa conexión nos parecía importante”.

Al empezar a investigar, el equipo se dio cuenta de que “había muchos más crímenes relacionados con el fútbol de lo que esperábamos. Escogimos cinco temas en España, uno en Italia, dos en Colombia y dos en Brasil”.

El comienzo con Maradona asombra a varias generaciones a las que se les escapó su relación con la camorra. La forma de exponer su historia en la serie documental se agradece: se ofrece una visión más humana del Pelusa, comprendiéndolo mejor como víctima.

“Intentamos contarlo desde el lado más humano posible. Maradona, además de ser probablemente el mejor futbolista de toda la historia, fue una víctima. Cometió errores pero habría que ponerse en su piel. Si nos sometiesen a ese endiosamiento casi todos perderíamos la perspectiva. Fue una víctima de no llevar bien su fama”, reflexiona el cineasta y periodista vigués.

Ureña detalla que “sabíamos la mala vida que llevó, que arruinó su carrera deportiva y su periplo vital. Aparentemente de él estaba todo contado pero investigando descubrimos la historia del robo del Balón de Oro que le dieron en el Mundial de 1986 y que lo coronó como mejor jugador del mundo”.

Añade el vigués que, para él, este balón era su bien más preciado a nivel sentimental. Con tan mala suerte que lo tenía guardado en una caja de seguridad del Banco de Nápoles y una banda de ladrones se lo robó”.

En el documental, asistimos a los intentos desesperados por recuperarlo, recurriendo a la camorra. Las fuentes son periodistas, policías, investigadores, futbolistas compañeros suyos del Nápoles pero también un hombre entonces adolescente que participó en el robo del Balón de Oro.

“Fue complicado conseguir que hablara. Desplazamos a tres miembros de nuestro equipo a Nápoles para intentar convencerlo. Se negó a hablar con nosotros. Volvimos con las otras entrevistas hechas y cuando estábamos en Madrid nos llamó y nos dijo que se lo había pensado mejor y que quería contar su historia”, detalla Ureña.

En otro capítulo, la serie viaja a Galicia para hablar de Sito Miñanco y el Cambados. “En Colombia, que también lo contamos, los grandes capos de la droga invertían su dinero para comprar equipos de fútbol para, entre clanes, competir en el terreno de juego. Incluso compraban árbitros, lo que también contamos en el documental”, añade.

En Galicia, Miñanco siguió el ejemplo de Escobar y compró el equipo de su pueblo, donde invirtió parte de su fortuna, lo que se relata en la serie.

Otro episodio recuerda al aficionado de la Real Sociedad Aitor Zabaleta, que se trasladó a Madrid para ver un partido de la UEFA entre su equipo y el Atlético de Madrid. Junto al Vicente Calderón, unos ultras lo acorralaron a él y a otras personas. Murió apuñalado.

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