Anne Waldman, leyenda de la generación “beat”, pone el broche al Kerouac

La estadounidense hermanó la poesía neoyorquina y la gallega en un recital memorable en el MARCO

La poeta estadounidense Anne Waldman, en su recital en el Museo MARCO de Vigo, ayer.   | // RICARDO GROBAS

La poeta estadounidense Anne Waldman, en su recital en el Museo MARCO de Vigo, ayer. | // RICARDO GROBAS / e.v./M.M.

E.V./M.M.

Si ya solo por la experiencia y bagaje que dan doce años de trayectoria poco le queda por demostrar al Festival Kerouac, para este año, en el que se conmemora el centenario de Jack Kerouac, sus organizadores no han querido estacionarse y han dado un paso de gigante para la consolidación del certamen. Más que la consolidación, la reafirmación del trabajo del bien hecho. Y es que si por algo se caracteriza este festival vigués de poesía es por su vínculo con la poesía beat neoyorquina, aquella nacida en los años 60 que rompió con lo establecido en la sociedad estadounidense.

Ayer, ante 150 personas que llenaron la salón de actos del Museo MARCO de Vigo, el festival Kerouac cerró su 12ª edición presentando a la que, en palabras de su director, Marcos de la Fuente, es “la poeta beat viva más importante, una leyenda, un referente”: Anne Waldman.

La poeta neoyorquina fue amiga del famoso poeta beat Allen Ginsberg (1927-1996), llegando a fundar la Universidad “Jack Kerouac” en Colorado. “Para nosotros es tremendo que estuviera aquí. Supone la confirmación del puente que hemos construido entre Vigo y Nueva York. A sus 77 años es una leyenda de primer nivel”, cuenta De la Fuente.

Su presencia marcó también el foco del festival en la mujer, la poeta. Y junto a Waldman –que presentó “Para ser estrella a medianoche”, antología bilingüe editada por Arrebato Libros– lo hizo también de la mano de Emma Gomis, colaboradora habitual de Anne, que viene desde la Universidad de Cambridge; la poeta gallega, Premio Nacional de Poesía 2020, Olga Novo; y la poeta viguesa Graciela Baquero Ruibal. “Tenemos a tres mujeres poetas para ensalzar la figura de la mujer en la poesía, que además es muy gallega, en una sociedad tan matriarcal como la nuestra”, explica el director del festival Kerouac.

Prologó el acto Marcos de la Fuente con su presentación: “Esta es una experiencia poética total y avasalladora”, señaló. Abrió la noche Graciela Baquero, de Vigo. Tras ella, recitó Olga Novo.

Como colofón, Emma Gomis presentó a Anne Waldman, quien arrancó con un poema dedicado a Diane de Prima, poeta fallecida hace dos años y amiga de Ginsberg. La pieza, “Somos la realidad antitética”, trató contra el poder, la guerra, la xenofobia y otras amenazas contra el mundo, y destacó por su musicalidad, fuerza y ritmo de percusión en el final.

Gomis y Waldman también recitaron de forma entrecruzada, la primera con la versión en castellano de poemas de Waldman que la norteamericana ofrecía en inglés.

El público aplaudió con fuerza a todas las poetas y al presentador, si bien la ovación más repetida fue para Olga Novo, que incluso recitó uno de sus primeros poemas, compuesto a los ocho años, y que leyó de la libreta donde lo escribió a esa edad junto a la fuente de su aldea. Confesó que muy pocas veces en su vida esa libreta ha salido de su casa. Ayer lo hizo para acudir a Vigo, de donde es su “amor” –destacó–, a quien dedicó su último poema.

Con esta ya son doce las ediciones del Festival Kerouac, “el más longevo en cuanto a poesía escénica a nivel nacional”. “Kerouac convierte a Vigo en eje poético del norte, una ciudad poética que representa la puerta de entrada y salida de los poetas de América hacia España y Europa”, sentencia Marcos de la Fuente.

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