Los hospitales gallegos han superado en la última jornada las 500 camas ocupadas por pacientes COVID. Es el dato más elevado de esta sexta ola y para hallar un número de ingresos similar hay que retroceder tres olas, hasta el primero de marzo de 2021, cuando eran 536. Desde esa fecha no se registraba una cifra tan elevada, aunque el desglose según la gravedad del enfermo apunta notables diferencias: por entonces eran 105 los pacientes críticos, mientras que hoy son 53. Estas unidades continúan estables pese al repunte de hospitalizados (55 más ayer) y el alza sin freno de los casos activos, que este lunes suman 67.724.

De los 502 ingresados por el virus, las áreas de Vigo y A Coruña acaparan cerca de la mitad, con 104 internos cada una. Les siguen Santiago y Ourense, con 79 cada una; Pontevedra, con 62; Lugo, con 47; y Ferrol, con 27. En todas ellas han aumentado sus pacientes.

Casi 5.000 nuevos contagios

Los infectados en la comunidad continúan con su imparable progresión al sumar otros 4.966 nuevos diagnosticados en la jornada de ayer. Estos elevan los casos activos hasta los 67.724. Al igual que desde el arranque de esta sexta ola, Vigo es el área que mayor incidencia registra, con 15.199 afectados, y tras ella: A Coruña, con 12.859; Santiago, con 12.010; Ourense, con 8.586; Pontevedra, con 7.929; Lugo, con 6.875; y a la cola Ferrol, con 4.266.

Según los últimos datos actualizados por el Ministerio de Sanidad el pasado viernes, la incidencia acumulada a 14 días de Galicia se sitúa en 2.597,08 casos por 100.000 habitantes, frente a los 2.722,27 de media en España.

Galicia ha sumado 10 nuevas víctimas mortales del COVID-19, que elevan el total hasta las 2.827. Esta decena de muertes, comunicadas la tarde-noche de este lunes por el Sergas, sitúan en 2.003 la personas que han fallecido en los hospitales gallegos. De los 10 fallecimientos, registrados entre el sábado y el domingo, hasta cinco ocurrieron en centros hospitalarios de Vigo: cuatro en el Álvaro Cunqueiro y uno de Vithas Fátima. Los fallecidos en estas dos jornadas tenían entre 77 y 91 años y todos tenían patologías previas.