Era una exigencia unánime en 'A Raia' y el Gobierno luso, esta vez, la ha atendido. Los trabajadores que tengan que cruzar la frontera terrestre de manera habitual no tendrán que presentar una prueba negativa de COVID-19 cada vez que entren en el país vecino, les bastará con el certificado COVID. Cualquier otra persona residente en Galicia sí que tendrá que acreditar un test negativo, además del certificado. El Ejecutivo portugués publicó esta misma madrugada el despacho en el que detalla la regulación de esta nueva medida (puedes consultar aquí el documento), que entra en vigor mañana, miércoles 1 de diciembre, y estará vigente hasta el 9 de enero. Galicia queda afectada por la regulación porque está ahora en riesgo elevado de transmisión; Extremadura es la única región fronteriza que se libra de la nuevo requisito.

En concreto, son considerados trabajadores transfronterizos aquellos que desarrollan una actividad profesional regular a hasta 30 kilómetros de la frontera. También quedan eximidos los trabajadores de los servicios esenciales: transportes, emergencias, seguridad y urgencias. Se librarán de tener que presentar test —si es PCR tiene una validez de 72 horas antes de la entrada, si es de antígenos de 48 horas y no sirven los autotest— los menores de 12 años y aquellos que tengan un certificado COVID en la modalidad de recuperación, es decir, los que hayan pasado la enfermedad en los 180 días anteriores. El Gobierno luso justifica la medida en el aumento de casos en toda Europa y en la aparición de la nueva variante ómicron.

Estas medidas publicadas por el gobierno portugués fueron confirmadas este mediodía por el consulado general de España en Lisboa. el organismo ha estado en conversaciones con el ministerio de asuntos exteriores luso para ratificar que para el cruce de frontera terrestre se exigirá el test negativo a quienes provengan de comunidades autónomas en nivel de riesgo rojo o rojo oscuro, como es el caso de Galicia. Desde el consulado matizan que "de donde se provenga no es lo mismo que por donde se cruza la frontera". "Es indiferente el nivel de riesgo de la comunidad autónoma por la que se cruza la frontera. Lo que se tiene en cuenta es donde se reside", añaden.

El Gobierno luso, además, regula en su normativa más detalles de la medida. No habrá controles fronterizos fijos, pero sí que se realizarán "operaciones de fiscalización aleatorias" en los pasos entre Portugal y España. Eso sí, matiza que se podrá especial atención a los vehículos de terceros países, que no integran la Unión Europea ni el Espacio Schengen. El despacho también tiene en cuenta que las próximas semanas, con los festivos en España y luego las vacaciones navideñas, aumente el tráfico fronterizo, por lo que se compromete a que los procesos de comprobación de la documentación se realicen de manera "clara, eficaz y eficiente" y se eviten congestiones.

¿Y si al cruzar 'A Raia' la Guardia Nacional Republicana o el Servicio de Extranjeros y Fronteras detecta a algún foráneo sin la prueba negativa? En primera instancia, se le ofrecerá la posibilidad de realizar la prueba, a expensas de cada ciudadano, en un lugar que indicará la autoridad sanitaria local. Este punto estará a un máximo de 30 kilómetros del lugar en el que se realizó el control. Si la persona se niega a someterse a la prueba se expone a una multa de entre 300 y 800 euros. En caso de que la acepte y dé positivo, ese ciudadano queda bajo confinamiento obligatorio "en un centro sanitario, en el domicilio o, de no ser posible, en otro local definido por las autoridades competentes.

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Una vez en el territorio portugués, hay que tener en cuenta las medidas anti-COVID vigentes. La mascarilla es obligatoria en espacios cerrados y el certificado de vacunación es necesario también para acceder a restaurantes, hoteles, establecimientos turísticos, discotecas y bares de copas (estos dos últimos estarán cerrados entre el 2 y el 9 de enero) y gimnasios. Amyores del certificado, será también obligatoria la prueba para acceder a visitas a domicilios y pacientes en establecimientos sanitarios y grandes eventos sin asientos marcados o en recintos deportivos improvisados.