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La locura de un rodaje antiCOVID

Candela Peña con el equipo de grabación de “Hierro”. JAIME OLMEDO

El director de “Hierro” desvela el complicado protocolo para grabar la segunda parte de la serie con avión privado incluido haciendo paradas por España para recoger al equipo

Las declaraciones del actor Jordi Sánchez tras permanecer 24 días intubado por una neumonía a causa del COVID-19 contraído en un rodaje volvieron esta semana a plantear los riesgos que actrices y actores corren en cada set de grabación por mucho que se cumplan las medidas y controles. El director gallego Jorge Coira reflexiona sobre el rompecabezas que supone preparar a todo un equipo para afrontar un rodaje como el de la segunda temporada de la serie “Hierro”, ya disponible en Movistar+. Fue “una locura”, confiesa.

Esta segunda temporada era altamente esperada por el público pero también por un equipo que había visto cómo la pandemia truncaba el rodaje el pasado año. Retomarlo con el coronavirus amenazando por todas partes fue “una mezcla de complicaciones”, señala el cineasta.

“Sin embargo, explica, antes ya habíamos tenido la peor calima en 20 años y una plaga de langostas. Por encima, llega la pandemia con todo lo que supuso: parar el rodaje, la locura de volver la mayoría del equipo a nuestras casas sin saber si se podría retomar, después recomenzar con un protocolo complicadísimo...”, con avión privado solo para el equipo dando el tour de España incluido.

El guionista y cineasta gallego rememora que “el desembarco para volver a Hierro, a la isla, fue como de película de acción. Teníamos a todo el mundo confinado en su casa durante días. Luego, hubo que hacer una PCR, volver a confinarnos otros días y esperar el resultado. Cuando se vio que era negativo, volvimos a montar a toda velocidad un dispositivo que consistía en coger un avión en Madrid a primera hora de la mañana que recogía a toda la gente de Euskadi, Cataluña y Madrid, para después tomar al equipo gallego en A Coruña sin que el resto bajase del avión”.

El equipo tuvo que pasar por varios confinamientos para esquivar contagios

Hay que recordar que entonces, mediados del pasado año, la actividad en los aeropuertos gallegos era nula por las restricciones sanitarias de manera que aquel avión del equipo de la serie era el único que, por ejemplo, partía de Alvedro.

Nada más aterrizar en Canarias y llegar a El Hierro, volvieron a ser encerrados durante varias jornadas para practicarles una nueva PCR. Cuando tuvieron ese nuevo negativo, por fin, llegó la luz verde para empezar a trabajar.

La decisión de realizar PCR periódicamente se decide atendiendo a las recomendaciones no vinculantes de la “Guía de buenas prácticas” para rodajes del Instituto de Cinematografía (ICAA). En total, 45 páginas de indicaciones y consejos donde reconocen que las actrices y actores son el elemento más sensible de la cadena ya que deben trabajar sin mascarilla.

Making off del rodaje de la segunda temporada de Hierro

Making off del rodaje de la segunda temporada de Hierro Movistar+

Un rodaje ha sido siempre una carrera contra el tiempo, con un plan de grabaciones pensado al milímetro que, normalmente, se cae en algún momento y por el que hay que luchar para recomponerlo. Ahora, en tiempos COVID, peor.

No es de extrañar que nadie quiera un positivo en el set de rodaje. Sufrirlo supone retrasar la grabación o incluso correr el riesgo de tener que pararla lo que supone una gran pérdida de dinero.

Por ello, invertir varios miles de euros en evitar infecciones es primordial para hacer PCR, comprar mascarillas, contratar a personal encargado de velar por las medidas de seguridad, desinfectar material compartido o renovar otro como el de maquillaje continuamente para evitar su uso en más de una persona, desinfectar los set, acotar las zonas...

Aún así, la magia del cine puede con todo. Jorge Coira reconoce que el rodaje de la segunda parte de “Hierro” fue “muy divertida”.

El cambadés Matías Varela (sin mascarilla) con Jorge Coira (6i) en el set. JAIME OLMEDO

“Fue un reencuentro. Matías Varela [el actor de Cambados afincado en Suecia que se ha convertido en uno de los personajes de sombras y luces de la nueva entrega] recuerdo que el primer día de lectura estaba sorprendido. Preguntaba: ¿Pero qué le pasa a la gente? Y es que había un ambiente superfestivo. Estábamos reencontrándonos y fue maravilloso porque se generó un grupo humano extraordinario”, recuerda Coira.

La amenaza COVID también puede frustrar guiones o forzar a cambiarlos. No fue el caso de la serie protagonizada por Candela Peña, Matías Varela y Darío Grandinetti. “En cuanto a la trama, le dimos muchas vueltas. La primera pregunta de hecho era ¿pero, seguimos?, porque habíamos hecho una primera temporada que se explicaba por sí misma y podríamos haber parado allí. Sin embargo, se abrió la posibilidad de una segunda y daban ganas porque fue un trabajo en el que habíamos trabajado mucho”, concluye el lucense Jorge Coira.

Jorge Coira - Director de cine

“Vivo tranquilo con mi contradicción”

Jorge Coira. MOVISTAR+

–¿Fue difícil reconducir la serie?   

–Generar una nueva historia para involucrar a Candela nos obligaba a profundizar en su parte como jueza. Nos parecía muy potente esa vía pero había que generar algo que fuese reconocible por el público que viese la primera temporada para dar la sensación de volver a casa, al espacio de la primera temporada y sin ser repetitivo. No queríamos buscar cosas que habían funcionado en la primera entrega, sino experimentar con cosas nuevas.

–Al arrancar el primer capítulo hay una muerte y aparece el personaje de Morris, que es memorable.   

–Sí, fue una maravilla. ¡Qué grande Morris! Fue una de las alegrías del rodaje. Su personaje podía ser gallego o de cualquier lugar del mundo, pero no canario. Enseguida pensamos que sería maravilloso tenerlo para el papel. Como tenemos buena amistad, le llamé y se apuntó, pero al pobre fue de los que más les afectó la pandemia. La primera vez que iba a ir a El Hierro ocurrió lo de la peor calima en los últimos 20 años. La segunda iba a viajar a Canarias y llegó la pandemia. Y en la tercera ocasión, logró llegar.

–¿Cómo fue trabajar con Matías Varela?   

–Vi la tercera entrega de “Narcos” y me di cuenta de que era un actorazo. Leyó los guiones y se lanzó a la aventura. Fue muy divertido trabajar con él. Además es muy comprometido con su trabajo que era dar vida a un hombre de origen canario que lleva años con negocios fuera, por Miami, y que tiene que volver. Nos gustan los personajes complejos y en este caso ofrece un personaje netamente negativo, un capullazo, pero al mismo tiempo se plantea como un ser humano. Su personaje es complejo y rico y Matías lo hizo excepcionalmente bien.

“Lo que más me interesa es hacer preguntas”

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–La primera parte tuvo un final cerrado pero con preguntas sobre el personaje de Grandinetti, ¿se resuelven en esta temporada?   

–Todas no. Responder todo sería inviable porque habría que simplificar mucho los personajes y la vida es demasiado compleja. Generamos un universo que tiene vida más allá de lo que se muestra con el lenguaje cinematográfico por lo que siempre habrá cosas pendientes.

–¿Y la trama inmobiliaria?   

–No es tanto por dar una lección moral sino porque un terreno puede generar conflictos éticamente interesantes. En el caso de El Hierro es esencial y a Galicia le afecta. ¿Qué hacemos con el entorno natural? ¿Hasta qué punto podemos manipularlo por motivos económicos y hasta qué punto preservar? Yo no tengo una respuesta válida para todos los casos pero creo que lo hace a El Hierro tan especial es que va ganando la idea de que hay que preservar la naturaleza.Tenerife es preciosa pero la parte que no me interesa es la masificada por el tuirismo.

–¿Es difícil hacer productos culturales sin dar lecciones morales?

–Supongo que hay gente a la que le gusta mucho juzgar y otra que tenemos más dudas. A mí, me gusta mi trabajo, contar historias, más para generar preguntas que para generar respuestas. Me sorprende la facilidad de la gente para tener una opinión absolutamente firme sobre una variedad de temas. Yo tengo todas las dudas del mundo y con opiniones contradictorias pero vivo tranquilo con mi contradicción. Lo que más me interesa es hacer preguntas.

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