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Protagonistas del día por vacunarse con más de 80 años: “Es un regalo que nos dan”

De izquierda a derecha, Jaime Failde y su mujer, María del Carmen, Maruchi Iglesias y Lito Gregorio.

Más de 200.000 mayores gallegos de más de 80 años de edad han comenzado a ser llamados o lo serán en las próximas semanas para entrar en la vacunación contra el COVID-19. Tras la prueba piloto del viernes en Santiago y Barbanza, hoy da inicio en el resto de Galicia con las personas cuyos apellidos comienzan por H o I. En los días venideros, le corresponderá a las demás letras por orden alfabético desde la H en adelante hasta acabar con los del apellido en G. Mayores en uno y otro extremo confiesan sus expectativas, temores y deseos ante una vacuna que todos ven necesaria para vencer a la pandemia.

La pandemia y la cadena de temporales hospedados en esta esquina del noroeste han reducido las posibilidades de paseo de Lito Gregorio, un vecino de Vigo nacido en Arbo hace 89 años. El coronavirus le ha cambiado mucho el esquema de su vida a excepción de una cosa: cada mañana sale a comprar el periódico decano. “Llevo 60 años abonado al FARO”, comenta con voz orgullosa a través del teléfono.

Lito será uno de los mayores de 80 años que más tarde se vacunará contra el COVID-19. Hoy, arranca la campaña para este segmento de edad pero el sorteo quiso que los primeros en ser llamados sean los de las letras H e I.

  • Lito Gregorio

Para Gregorio, que durante muchos años fue chófer de regidores vigueses, ser de los últimos le ha venido bien. Le ha dado más tiempo para reflexionar e informarse si se vacunará o no. “Llevo años con una cardiopatía isquémica, más de 27 y no sé qué hacer con mi vida, si vacunarme o no. Igual me cae bien como no. ¿Tú qué me aconsejas?”, pregunta.

La respuesta es sencilla, ante cualquier duda, lo mejor es consultar al médico de cabecera para que estudie el historial y guíe a cada persona.

Lito Gregorio reconoce que le “inquieta la vacuna”, pero que también le tiene “miedo al coronavirus”, por lo que procura no salir mucho de casa y, si lo hace, siempre con mascarilla.

  • Maruchi Iglesias

Quienes tienen clarísimo que sí se vacunarán y, de hecho, hoy mismo lo harán en A Coruña son los hermanos Maruchi Iglesias Iglesias y Alfonso Iglesias Iglesias. Ambos, residentes en la ciudad herculina, cada año, se vacunan contra la gripe y el pasado viernes recibieron la llamada.

“Nada más oírlos ya dije ‘qué bien, qué bien’. Me dieron la posibilidad de vacunarme o no; de elegir la hora entre las 8.30 y 14.00 horas. Y como ya habían llamado a mi hermano, escogí ocho minutos después que él para así ir juntos. Y ya me dieron la cita para la segunda dosis: el 15 de marzo”, explica María de la Concepción Iglesias (Maruchi).

Reconoce que preferiría no tener que vacunarse. Puestos a soñar, esta mujer desearía que la pandemia no existiese. Aunque no le apetece mucho ir al centro de salud para recibir el pinchazo defiende que “es un regalo que nos dan”. Lo asegura una mujer que cumplió los 80 años hace cinco meses y a la que el COVID-19 le cambió “mucho la vida”.

“Por las mañanas, solo salgo de casa –explica– para hacer tres o cuatro recados y después ya no vuelvo a salir; excepto el sábado por la tarde que voy a misa. Hoy (por el pasado sábado) no llegábamos a 30 cuando la Iglesia tiene capacidad para 150 personas. Estoy en el consejo parroquial y todas las reuniones son por videoconferencia”, detalla con una voz que deja entrever la nostalgia de los tiempos de interacción presencial.

“Quiero vacunarme para protegerme y proteger a la familia con la que convivo”

Maruchi Iglesias le tiene “respeto” al coronavirus”. Algunos amigos suyos han sucumbido al COVID. Este fin de semana, no pudo asistir a una misa funeral y se enteró de que en varias familias conocidas están enfermos todos sus integrantes, incluidos los niños. Para ella, esta pandemia es “lo peor” que ha “vivido. Yo nací en la posguerra pero ya era el año 1940. Cuando tuve noción, las cosas ya habían pasado. El problema más importante que he vivido es este”.

Por ello, agradece “de todo corazón a todos los sanitarios, incluido al personal de limpieza, celadores... No hay palabras para agradecer el esfuerzo de tanta gente. Entre la población, muchos se portan pero también hay falta de concienciación”.

Su hermano, Alfonso, felicita a los científicos al tiempo que lamenta que “en España no se dedique más inversión al desarrollo de la ciencia”. Este hombre –jubilado de banca– de 85 años que durante muchos años trabajó y vivió con su familia en Vigo estaba deseando que llegase el día de hoy para vacunarse.

Sus palabras y las de su hermana serían las perfectas para una ofrenda a la diosa romana de la medicina, Minerva –también de la guerra– para con su escudo proteger a todos de los embistes del COVID.

“Yo estaba esperando a que me llamasen. Tenía ganas; sí, quiero vacunarme por distintas razones. Para protegerme, para proteger a la familia con la que convivo y porque parece que es eficaz”, explica Alfonso.

Aún así, no oculta que tiene un “poco de temor”, lo que se disipa cuando repasa con su voz que la vacuna ha sido probada en millones de personas. Por ello, también se siente “tranquilo”.

Para él, el COVID es como “una espada de Damocles que siempre tienes encima. Es una enfermedad tan contagiosa”, reflexiona un mayor que desea que las vacunas contra el coronavirus sean “exitosas”, al tiempo que también anhela que vayan apareciendo medicamentos adecuados que las complementen.

Si Alfonso y Maruchi ya comenzaron hoy a ser inmunizados, otros mayores de 80 como el vigués José María Franco (Pepín Franco) aún tendrán que esperar unas semanas más.

  • “Quiero vacunarme porque así estoy más seguro de seguir viviendo”

    Pepín Franco, vigués de 91 años

Su apellido los ha situado en el final de la cola para recibir la vacuna. Pepín Franco, de 91 años y presidente de la Asociación de Amigos e antiguos alumnos da Universidade de Vigo, tiene “claro” que se va a vacunar contra el coronavirus al igual que ha ido haciendo contra la gripe en los últimos años.

Al preguntarle por la razón, este hombre que durante su vida ha demostrado ser valiente, aventurero racional e inteligente da una respuesta que dibuja una sonrisa en su receptora: “Quiero vacunarme porque así estoy más seguro de seguir viviendo”.

“Quiero seguir escribiendo, publicando y trabajando”, añade este doctor en Derecho por Wisconsin que ha impartido clase en Venezuela y Galicia.

Pepín confirma que desde el Sergas aún no lo han llamado para darle la cita y que no tiene miedo a los posibles efectos secundarios de la vacuna.

  • Jaime Failde y su mujer, María del Carmen

También desde Vigo se muestra esperanzado Jaime Failde, el peluquero fundador de la barbería Minguela en la calle Carral de la ciudad olívica. El próximo mes de abril cumple los 80 mientras que su mujer, María del Carmen, soplará las 82 velas en agosto.

Ambos también confían en la vacuna de la gripe todos los años. Uno de sus hijos, médico, le ha recomendado encarecidamente que se vacune contra el COVID. “Nos toca esperar. No estamos chafados por no ir de primeros, eso no nos importa a mi mujer y a mí”, comenta este vigués que lamenta que la pandemia los haya encerrado más en casa. Aún así, hasta el cierre de los gimnasios, este vecino de O Calvario –que fue vicepresidente de la asociación de vecinos y director de la Cultural– acudía a él tres o cuatro días por semana. Eso sí, cada vez que pisa la calle, va armado con dos mascarillas. “Los mayores somos los que nos tenemos que cuidar”, recalca.

Manuel Fernández Méndez y su mujer, Carmen Cabaleiro M.I.

Esta también es la máxima de Manuel Fernández Méndez, que en marzo cumple 89 años. “Antes, salía a comprar el pan, pero con el coronavirus ya no”, explica su hija Charo. Manuel lleva encerrado mes y medio en su vivienda haciendo vida en el salón y disfrutando, cuando se puede, del sol en la terraza. Ante la pregunta de si se quiere vacunar contra el COVID, su respuesta es rotunda: “Sí”. Es más, desea ponerse la vacuna cuanto antes.

“La vacuna contra el COVID es nuestra esperanza en esta pandemia”

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También lo anhela José Joaquín González quien señala que “deseo ir pero sin que eso suponga saltar por delante de nadie”. No por ello critica el resultado del sorteo del Sergas para elegir la letra a partir de la cual empezaría los apellidos que primero se vacunarían. “El sorteo está bien hecho. Me tocó de último, no importa. Tengo que aguantarme”, apunta un hombre de 81 años que opina: “Yo no soy importante. Lo es más gente como mi hija que tiene hijos. La vacuna es nuestra esperanza en esta pandemia”.

Una campaña que se prolongará hasta primeros de mayo 

El Servizo Galego de Saúde (Sergas) ha comenzado a llamar a los mayores de 80 años no residentes en residencias –los que viven en ellas ya fueron vacunados– para recibir la vacuna contra el COVID. No obstante, según informa Europa Press, el departamento autonómica aún está trabajando en la elaboración de listas, de ahí que muchos de estos mayores desconozcan la fecha y el lugar donde les citarán.

“Si no hay imprevistos con los envíos (de vacunas)”, han añadido, este proceso, que se llevará a cabo solo con dosis de Pfizer, en mayores de 80 años se prevé prolongar hasta “la primera semana de mayo”.

Si bien el grueso de la vacunación de este grupo hoy se ha llevado a cabo una prueba piloto a modo de ensayo. En concreto, ocho equipos especiales de vacunación del área sanitaria de Santiago y Barbanza comenzaron a poner las primeras dosis a personas de este grupo en ocho centros en los que han sido citados 569 mayores de 80 años, que en tres semanas recibirán la segunda.

Por parte de la Consellería de Sanidade se ha explicado que para la vacunación de los mayores de 80 años los puntos de vacunación, debido a las condiciones de transporte y conservación de las dosis, se llevará a cabo en los centros de salud de las siete grandes ciudades gallegas y en los centros de cabecera o Puntos de Atención Continuada (PAC) fuera de ellas.

De este modo, la Xunta prevé que este proceso de vacunación de mayores de 80 años se lleve a cabo en 400 puntos. Además, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, avanzó tras el comité clínico del pasado 15 de febrero, que en caso de que “por razones de movilidad” no puedan desplazarse, acudirán “al domicilio de cada uno de ellos”.

El mandatario gallego ha estimado que, por porcentaje de población de más de 80 años, a este colectivo le corresponde un 8,2 por ciento de las dosis en la fase actual.

El Sergas ha establecido siete equipos específicos –uno por área sanitaria– de personal de administración y servicios de Atención Primaria para llamar para programar las citas en función de las vacunas de que se dispongan semanalmente.

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