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Lucía Galán: "Debemos poner el foco en las enseñanzas que el niño se llevará del confinamiento"

"No pasa nada porque no vayan al colegio dos, tres meses. Dejarán de ganar unas cosas, pero ganarán otras", afirma la pediatra y escritora, autora del blog "Lucía, mi pediatra"

La doctora Lucía Galán Beltrán. // FdV

La doctora Lucía Galán Bertrand, especialista en pediatría y escritora, resuelve todas las dudas que puedan asaltar a los padres relacionadas con el Covid-19 en su blog "Lucía, mi pediatra", desde qué pasa con la vitamina D ahora que el niño no sale al parque ni a la calle o qué hacer si presenta fiebre hasta las medidas básicas de seguridad o el uso correcto de la mascarilla, una información que, aclara, es suceptible de cambios. "Es un virus que aunque forma parte de una familia que ya conocíamos, tiene sus características diferentes, muchas de ellas novedosas, por lo cual vamos descubriendo aspectos nuevos casi día a día", explica la pediatra, muy vinculada a Galicia, ya que la familia de su pareja es de la provincia de Pontevedra.

-Los niños son el colectivo menos afectado por el SARS-CoV-2. Sin embargo, fueron los primeros en ser confinados.

-Efectivamente. Esta no es una pandemia de niños. La inmensa mayoría de los enfermos graves y de los fallecimientos son personas muy mayores. Los niños pueden contagiarse igual que cualquier adulto, pero muchos cursan con síntomas leves e incluso sin síntomas. También puede que presenten síntomas indistinguibles de cualquier infección respiratoria que puedan tener a lo largo del invierno. Por eso, están pasando más inadvertidos, pero no podemos perderles de vista porque podrían jugar o haber jugado un papel importante a la hora de la transmisión. Esta es la incógnita que aún nos queda por despejar.

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-¿Cuál es la mayor preocupación de los padres ahora mismo?

-Como es lógico, que sus hijos enfermen, y no poder salir a consultar les genera mucha ansiedad. Los padres con bebés que están con la alimentación complementaria tienen miedo de introducir nuevos alimentos por si hacen una reacción alérgica y tienen que ir al hospital, y si el niño tiene fiebre el miedo es también inevitable porque ahora los mantenemos 4, 5, 6 días con consulta telefónica antes de decirles que vengan a vernos.

-Si ahora un niño presenta fiebre, ¿qué han de hacer los padres?

-El manejo de la fiebre es igual con o sin coronavirus. Tenemos que vigilar los mismos signos: si está contento, juguetón, come, hace pipí y respira con normalidad no tenemos que salir a urgencias ni preocupamos en exceso. Lo ideal es que nos pongamos en contacto con nuestro pediatra para que haga un seguimiento telefónico. Distinto es el niño que empieza con fiebre y además alguno de los padres también ha tenido fiebre, tos, dolor muscular, de cabeza... Esto sí podría hacer sospechar que en esa familia ha entrado el coronavirus.

-El presidente de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría afirmaba el otro día que las visitas a las urgencias pediátricas han bajado un 70% desde el confinamiento y que ahora llegan casos más graves. ¿A qué responde esto?

-Hasta ahora, muchas de las consultas que veíamos en urgencias las podía resolver el pediatra perfectamente a las 24 o 48 horas. Ahora, con el confinamiento y el temor del contagio, las urgencias que llegan al hospital son urgencias de verdad. Efectivamente han bajado mucho tanto las urgencias como las consultas. Los padres lo están haciendo muy bien respetando el confinamiento, pero es importante resaltar que una urgencia sigue siendo una urgencia.

-¿El confinamiento puede afectar de forma negativa a los niños?

-A quienes afecta es a niños que cuentan con un problema de base que mejoraban al hacer actividades diferentes o al salir de casa. Por ejemplo, niños del espectro autista, con trastorno por déficit de atención, hiperactividad... para quienes salir a la calle supone la diferencia entre estar muy bien y estar muy mal. En estos pacientes sí hemos visto un empeoramiento de su estado anímico y del de sus padres porque no son situaciones fáciles. Para el resto de los niños, y esta es una opinión personal como pediatra y como madre, si los padres están bien y llevan el confinamiento de una forma serena y amorosa no les va a generar ningún trauma. No pasa nada porque estén dos meses, tres sin ir al colegio. No aprenderán las lecciones pendientes, pero pueden aprender a cocinar, a ser más ordenados, a ayudar a sus padres... Dejarán de ganar unas cosas, pero al final ganarán otras. Debemos poner el foco en todas esas enseñanzas que se llevarán del confinamiento.

-¿Les afecta más cómo lo viven los padres?

-Sin duda, nuestros hijos van a recordar cómo nos han visto durante el confinamiento y se lo contarán a sus hijos. Papá y mamá pueden tener un mal día, dos, pero estar dos meses con ansiedad, desesperados, abatidos, eso sí que les puede generar un impacto. Hay que hacer un esfuerzo y pensar cómo nos gustaría que nos recordasen durante esta etapa, que, sin ninguna duda, va a salir en sus libros de historia. Y creo que hay que intentar transmitirles también ese compromiso que estamos haciendo todos para proteger a los mayores, y que lo vivan y lo recuerden como que están haciendo algo por el mundo.

-En estas circunstancias, ¿cómo decimos a un niño que su abuelo o abuela ha muerto?

-La muerte y la enfermedad forman parte de la vida y también tenemos que explicárselas a nuestros hijos. A los niños les podemos hablar de casi cualquier tema con las palabras y el tono adecuados. Yo soy fiel defensora de preservar la inocencia infantil hasta que ellos la pierdan por sí mismos, pero no podemos mentirles ni engañarles diciéndole que el abuelo se ha ido de viaje. El trabajo más difícil va a venir cuando termine el confinamiento y es entonces cuando habrá que estar muy pendiente de esos niños y de sus padres.

-Uno de los temas de los que más se discute estos días es del uso de las mascarillas. En el caso de los niños, ¿sí o no?

-Menores de 2-3 años no, porque ante un descuido podrían ser causa de accidente. En los mayores de esta edad, si podemos las podemos usar, sí. Pero lo más importante seguirá siendo mantener la distancia de seguridad y el lavado de manos frecuente.

-El Gobierno parece decidido a relajar las medidas de confinamiento contra el coronavirus para los más pequeños, permitiendo salir a la calle a los niños de hasta 12 años a partir del 27 de abril. Teniendo en cuenta que, como dijo, no se sabe el papel que jugaron en la transmisión, ¿Es una medida acertada?

-Si se garantizan las medidas que claramente han demostrado eficacia en la transmisión del virus que es la distancia de seguridad y el lavado de manos frecuente, si las salidas son controladas, vigiladas, cortas, de mano de un adulto y sin tocar mobiliario urbano no existiría riesgo de transmisión.

-¿Es suficiente hasta los 12 años? ¿Qué pasa con el resto de menores?

-Si como padres podemos contener y controlar a un niño de cuatro años, podemos hacerlo con más razón aún a uno de 13 años. No sería justo mantener en casa a los adolescentes. Insisto: si se garantizan las medidas de seguridad es razonable que todos los niños puedan salir. Yo sí confío en los adolescentes y creo que acompañados de un adulto y con las mismas medidas de seguridad que el resto de niños, no habría problema. Ellos también necesitan estirar las piernas y recibir este pequeño regalo a su esfuerzo.

-¿Bajo qué criterios deberían realizarse estas salidas?

-Los criterios lo deberán de determinar los expertos. Y debería de suceder en el momento en que la tasa de transmisión sea lo suficientemente baja como para que estas salidas no pongan en riesgo lo que ya hemos avanzado.

-Ha habido muchas presiones sociales para que se adoptase esta medida. ¿Considera que están justificadas?

-Considero que sí. Es natural. Esto es una situación sin precedentes, nueva para todos y no todo el mundo tiene la misma capacidad de adaptación ante unos cambios tan grandes y bruscos. En cualquier caso, siempre se deberían tomar estas medidas atendiendo a la seguridad de todos y no a las presiones sociales.

-¿Les podría perjudicar más a los niños si hubiera que echar marcha atrás y volver al confinamiento total?

-Sería un palo, claro. Pero esperemos que eso no suceda. Yo soy optimista y confío en que los padres lo harán igual de bien que han hecho hasta ahora. La salud de todos está en juego.

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