María Pilar Queralt del Hierro es de los historiadores que defienden que las pinturas rupestres fueron hechas por mujeres, una teoría que sostendría el tamaño de las manos grabadas en ellas, que no coinciden con las de un hombre. Sin embargo, a lo largo de los siglos, las artes solo fueron un complemento en la educación de las niñas para mayor lucimiento de sus familias. "Como profesión no se acepta hasta que no se acepta que la mujer tenga profesión", dijo la historiadora catalana.

Asimismo, reconoció que poner en valor la contribucion de la mujer a la ciencia es "aún una asignatura por aprobar". "La mujer en la ciencia ha estado siempre relegada. Incluso cuando nos hemos incorporado a las carreras universitarias. Había carreras consideradas de mujeres, como la medicina y la farmacia, que no deja de ser una prolongación del aspecto de cuidadora de la mujer, pero en la ciencia como tal hay casos flagrantes, como el de Rosalind Franklin, descubridora del ADN, pero que murió antes de que el descubrimiento se hiciera público. El Nobel se lo dieron a sus dos colaboradores, que olvidaron mencionarla", expuso.

La ponente aceptó el reto que le lanzó la presentadora de la conferencia, Teresa Cendón: reconstruir los pasos de Isabel Zendal, rectora del hospicio de A Coruña, que acompañó y cuidó a los niños durante la expedición marítima a América que a principios del siglo XIX erradicó la viruela. En el nuevo continente se pierde la pista de esta sanadora, la primera mujer que participó en una expedición científica, y que para Cendón fue la auténtica protagonista de este hito, aunque a la Historia pasara como tal el médico, Francisco Javier Balmis. "Es un personaje que me interesa mucho", confesó la invitada del Club FARO.