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Marina Pollán: "Queremos recuperar los talentos que se marcharon"

"Creo que la sociedad es consciente del daño nocivo del tabaco en el cáncer, pero no tanto del de la obesidad"

La directora del Centro Nacional de Epidemiología, Marina Pollán. // CNE-ISCIII

Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, la actual directora del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto Carlos III (CNE-ISCIII) desarrolla su línea de investigación dentro del área de los factores de riesgo frente al cáncer, especialmente, de los modificables. Marina Pollán es una de los 23 expertos que participarán en el curso de verano de Oncología Integrativa de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y Talaso Atlántico en Oia a partir del próximo lunes, en el que se analizarán los últimos avances en materia de prevención y tratamientos.

-¿Cuáles son esos factores modificables vinculados al mayor riesgo de sufrir cáncer?

-Los principales factores de riesgo que podemos modificar, por orden de importancia, serían la dieta, incluyendo la obesidad, es decir, el factor energético; en segundo lugar, el tabaco, y luego ya, bastante por debajo, otros factores como las infecciones, que en países en vías de desarrollo son más importantes, la contaminación y algunos factores ocupacionales.

-¿La sociedad es consciente de hasta qué punto pueden ser determinantes?

-Creo que es muy consciente del efecto nocivo del tabaco en relación al cáncer de pulmón, pero probablemente lo que no sepa es que está relacionado con muchos otros tipos de cáncer, y tal vez el efecto de la obesidad también sea menos conocido. Se sabe que es mala, que provoca diabetes y alteraciones metabólicas, pero creo que la sociedad no es muy consciente de que también aumenta el riesgo de tumores. Creo que ahora, con la vacuna del papiloma, también se conoce un poco más sobre el papel de las infecciones.

--¿Hay que trabajar más en la concienciación?

-Sí, porque saber siempre es bueno y cuando la sociedad sabe más y está más concienciada, exige más a sus políticos. Cuando se prohibió por ley fumar en los lugares públicos, pensamos que no se podría cumplir, pero la medida se dio por buena.

-Si cambiásemos nuestros hábitos de vida, ¿se reduciría la incidencia del cáncer?

-Sin duda. No todos son prevenibles, pero muchos sí, La OMS dice que casi el 40% de tumores podían ser evitados eliminando factores de riesgo que conocemos.

-Teniendo en cuenta la cada vez mayor esperanza de vida y que la edad es uno de los factores de riesgo no modificables, ¿cuál es la tendencia?

-España es uno de los países con una mayor esperanza de vida y esto tenemos que verlo como algo positivo, pero también tenemos que ser conscientes de que tenemos que cambiar ciertas cosas para contrarrestar el riesgo de las enfermedades crónicas, que aumentan con la edad. Si nos ponemos del lado alarmista, en términos absolutos, incluso modificando algunos factores de riesgo, los casos van a aumentar por el envejecimiento. Pero a los epidemiólogos nos gusta resaltar este hecho para poner de manifiesto que, igual que se invierte dinero en investigar mejores tratamientos y en convertir el cáncer en una enfermedad potencialmente curable y si no, crónica, también es importante invertir en investigación para prevenir.

-¿Cuál es la situación de la investigación epidemiológica?

-Cuando yo empecé teníamos que formarnos fuera porque aquí no había grandes especialistas. Ahora podernos decir con orgullo que en términos de conocimiento, estamos al mismo nivel internacional. Respecto a la financiación, la prevención siempre es la hermana pobre, pero no solo en España. Además, la investigación se ha visto afectada, como otros ámbitos, por la crisis. Ahora que nos estamos recuperando, esperamos que se recuperen también los niveles de financiación, pero, sobre todo, que las autoridades sanitarias se den cuenta de que los estudios de prevención necesitan horizontes más amplios que la financiación clásica de 3 años. Estar cada 3 años solicitando una nueva financiación y pendiente de si se concede limita de cierta forma.

-¿Cuáles son sus objetivos frente al Centro Nacional de Epidemiología que dirige desde junio?

--Seguir haciendo las cosas que hacemos bien. Nuestro centro, en colaboración con las comunidades autónomas, recoge, procesa y envía al registro europeo toda la información sobre enfermedades transmisibles y dentro de poco estaremos vigilando las enfermedades crónicas, lo que para nosotros es un reto. Con la crisis, las plazas se han resentido y necesitamos recuperar a gente joven, entusiasta y bien formada. Muchos investigadores se han ido y nos consta que hay muchos que quieren volver. Hay iniciativas para recuperar talentos y esperamos poder beneficiarnos de estos programas para recuperar lo mejor que se ha tenido que ir fuera.

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