Algo no debía de ir bien cuando la pista por la que discurría en el municipio de Laza apenas alcanzaba los tres metros de ancho. El conductor de nacionalidad polaca acabó atravesando su camión en una curva pronunciada de la OU-1052 esta mañana, después de que su GPS le guiase por la pista asfaltada entre las localidades de Cerdedelo y Toro.

El episodio es un capítulo más en el largo listado de personas que se han visto desorientados en tierras ajenas por su GPS. Uno de los casos más curiosos se dio el año pasado en Pontevedra, cuando un turista australiano dejó su coche en las escaleras que bajan de la plaza del Teucro a la rúa Real, en pleno casco viejo de la ciudad.

La Policía Local explicó que el sistema de navegación del coche metió al hombre en las callejuelas peatonales del centro histórico pontevedrés. La ruta finalizó con el vehículo estacionado en medio de las escaleras y el turista pidiendo ayuda. Lo mismo le sucedió a tres brasileños también en el casco histórico.

Peor lo pasó una conductora en un monte de Porriño, por donde su GPS le recomendó regresar a casa. Era noviembre, de noche y en una zona totalmente deshabitada. Un mensaje de WhatsApp enviado a una amiga alertó a la Guardia Civil y fue rescatada.

Otro camionero sufrió un accidente en 2013 por un fallo de su navegador en Vilaboa, Pontevedra. El hombre circulaba marcha atrás creyendo que había un camino indicado por su GPS. Sin embargo, la ruta pertenecía a un viejo vial y terminó cayendo por un desnivel que daba a una rotonda del nuevo trazado de la N-544.

Los camioneros parecen ser los más damnificados por los eventuales fallos de los GPS. En la salida de la autovía para el polígono industrial de Nantes, en Meaño, los navegadores ofrecían una ruta agraria asfaltada de apenas cuatro metros de ancho para dirigirse a zonas de Dena y Gondar donde, entre otros servicios, se ubican varios hoteles. Las dimensiones de la pista hacen casi imposible el paso de vehículos de grandes dimensiones.

Hace dos años, un tráiler quedaba atrapado de madrugada en San Andrés de Comesaña. El GPS le guió por un tramo demasiado estrecho para sus dimensiones y tuvo que ser evacuado por los Bomberos del parque de Balaídos tras quedarse atrancado en el Camiño Rial.

Ya fuera de nuestras fronteras, una mujer belga llamó a las puertas del Guinness tras perderse con su GPS en Bruselas. La idea era hacer un trayecto de 45 minutos al centro de la capital, pero el error en el navegador la transportó a 1.450 kilómetros de distancia. A sus 67 años, Sabine Moureau tardó dos días en llegar a Zagreb, Croacia.