Cuando uno sale de vacaciones puede encontrar todo tipo de sorpresas. Alguas muy gratas, como espectaculares paisajes, lugares con encanto y ciudades para recordar. Otras no tan buenas.

El negocio de la hostelería, base de todo turismo, a veces se viene arriba para ofrecer servicios a precios desorbitados. Con la consecuente sorpresa de los clientes, claro, que no dudan en compartir sus terribles experiencias en las redes sociales. Ya sea por bebidas de lo más cotidianas a precio de langosta por servicios que se cobran cuando en ninguna parte es así, los turistas no son tal si no viven en algún momento de sus vacaciones lo que comunmente se conoce como un sablazo en toda regla. Todo un mítico del verano.

De ahí que ya sean unos cuantos los que se han permitido el lujo -otro de nuevo- de crear el hagstag #clavazoveraniego para informar a sus seguidores de los precios de algunos establecimientos.

Uno de los clavazos más famosos y que ya han dado la vuelta al mundo es el que se produjo en el restaurante 'Juan y Andrea' de Formentera. Es conocido por muchos que la isla no es uno de los lugares más baratos de nuestro país, es más, es de los destinos de vacaciones más caros. La cuenta no tiene desperdicio. 150 euros el kilo de pescado es lo que pagaron estos turistas, que de seguro no volverán al negocio hostelero ni a por un vaso de agua .

Aunque esta cuenta no es la única que se encuentra en el 'top ten' de sablazos por excelencia. Fue en Francia donde un grupo de amigos se encontró con un ticket final que más valdría las pesadillas de muchos. Aquí un famoso 'sinpa' podría haberse convertido en un desfalco en toda regla más años de cárcel. En el Nikki Beach de la turística localidad de Sant Tropez lo mejor es acudir con la Visa Oro y bien de crédito. Si fue real, los comensales deben estar aún fregando platos.

Otros sablazos no llegan a las cifras desorbitadas como el anterior, pero bien se merecen un buen azote de los clientes. Tomarse una cerveza fresquita con algo de limón es el sueño de todo turista, aunque si ésta te sale a casi veinte euros junto con dos botellines de agua lo mejor es apuntarse el nombre del lugar para no pisarlo jamás. Hay precios que no se puede permitir ni siquiere en San Sebastián, la capital del pintxo pote por excelencia.

Vale que Puerto Banús sea otro de esos destinos en los que hay que rascarse el bolsillo sí o sí. Lo que no puede valer, se mire por donde se mire, es un café siete euros. En la lista de éxitos del sablazo veraniego también podemos encontrar la cuenta que un usuario recibió en el restaurante Da Paolo. Todo un éxito, de seguro, para el hostelero.

A veces los sablazos no los buscamos. Nos vamos de vacaciones a lugares muy conocidos y pretendemos tomar algo por cuatro duros al lado del mítico monumento cuando podríamos disfrutar de ago mejor callejeando un poco. Esto le sucedió a una clienta de un bar en Roma, dos cafés y dos porciones de pizza, seguramente, se convirtieron en algo que no dejará de recordar.

Otro de los clavazos que se ha hecho viral se produjo en un bar del madrileño barrio de Chueca. Vale que esté en el centro de la capital de España, vale hasta cierto punto claro, no cuando una cerveza, el líquido por excelencia de Madrid, se convierte en una copa del mejor champán en cuanto a precio.

Por último, como colofón final y muy al estilo italiano, no hay cosa más jocosa que te cobren lo normal por una comida y decenas de euros por la bebida. Suele hacer mucha gracia, la misma que le hizo a este cliente que desembolsó 32 euros por cada jarra de margarita que pidió en un bar de Madrid.