Ni malas madres, ni supermadres ni mamis perfectas. La coach viguesa Nuria Pérez acudió ayer a CLUB FARO para defender la idea de una maternidad liberada de etiquetas y sin estar flagelada por las imágenes de famosas siempre perfectas con sus hijos en brazos. "Se nos está vendiendo una mentira. Las redes sociales que tanto nos dan, son tiranas porque nos están vendiendo una idea de perfeccionismo que es falsa. Todo está supereditado. No hay nada peor que llegar al final del día a casa cansadas, ver al niño con una rabieta, y abrir internet y ver que están guapísimas, las cenas son espectaculares, las casas están impecables... y nos vamos sintiendo cada vez peor y peor, con la autoestima baja".

Para evitar esta sensación y conectar más con la realidad adecuada sin que la autoestima resulte tocada y hundida, Pérez impartió su charla "Te mereces esto y más: cómo recuperar la identidad tras la maternidad", presentada por la periodista Ana Lago.

Entre los principales consejos aportados, incluyó el siguiente: "Todos los días, hay que aprender a mirarse dentro. Hay que apagar el ruido que nos rodea. Estamos hiperconectados y, a veces, las ideas están ahí, estamos tan obsesionados con estar siempre a todo que no las oímos. Es el síndrome de no querer perderse nada (fear of missing out, FOMO)". Este último consiste en sentir una especie de angustia social caracterizada por el deseo de estar continuamente conectados a lo que otros hacen.

Nuria Pérez Paredes presentó su libro Te mereces esto y más, publicado por Planeta y cuya primera edición se agotó en días, donde aporta varios deberes para que una madre sea capaz de iniciar un viaje de renacer para convertirse en una persona feliz y completa con su vida, ávida de poner en marcha proyectos.

Esta exdirectora creativa de publicidad que ahora se dedica a asesorar a madres explicó que es requerida por mujeres que llevan tantos años dedicadas a la familia y sus trabajos que dejaron atrás sus aficiones o talento durante décadas. "Hay que aprender a delegar, a decir que no, hay que perder también el miedo al fracaso. En nueve meses, una madre puede recuperar la ilusión, su espacio", añadió.

Pérez se mostró crítica con una corriente predominante en la sociedad. "En algún momento, se nos dijo que dedicarnos a nuestros hobbys o talentos era ser egoísta. Nos han hecho un gran daño con esto y creo que es lo contrario. Dedicarnos a nuestras aficiones es uno de los actos más generosos que podemos hacer. Primero, por nosotras porque, cuanto más realizadas estemos, más felices seremos nosotras y nuestros hijos. Segundo, porque les regalas a ellos el ejemplo de ver en casa una persona que tiene talento y que lo pone en práctica", reflexionó.

Reconoció que muchas mujeres albergan temor a poner en marcha sus ideas en esa etapa de la vida por miedo al fracaso, al que dirán, a cambiar, al éxito. La coach viguesa, colaboradora del Club de las Malasmadres, defendió la necesidad de trabajar la resiliencia, a la que se refirió como "la capacidad de levantarse después de una caída. Como no vivimos muchos fracasos a lo largo de nuestra vida, no hemos puesto en práctica esta capacidad de levantarse y seguir adelante. Es fundamental porque todo proceso comporta errores y fracasos. Hay que enamorarse de esos errores porque luego hacen que esa idea sea única".

Nuria Pérez criticó que las madres y padres actuales no inculquen a sus hijos la resiliencia. "Esta generación de hiperpadres que hacen todo por sus hijos está creando unos niños que no saben equivocarse, que no aceptan los errores. Vivimos en un mundo donde el error se tapa y el error es maravilloso porque es el que nos da el aprendizaje", señaló. En concreto, agregó que "bienvenidos al fracaso porque es un paso más para las grandes invenciones".

Pérez recomendó mirar hacia nuestro interior, no ser muy rígidos en la vida pero tampoco pensar que nos debemos adaptar a todos y, así, perder personalidad. También se mostró a favor de mostrar nuestra vulnerabilidad. "Necesitamos abrazarla. Se nos ha pedido ser perfectos y no mostrar vulnerabilidad" cuando deberíamos ser "más naturales y decir 'soy así y me siento feliz', al tiempo que enseñamos a los niños a no seguir etiquetas o a la masa".