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Negocio internacional, corazón rural

El Grupo Hotusa amplía su plantilla en Chantada, donde emplea a 200 jóvenes

Trabajadores en las oficinas de la empresa en Chantada. // GH

"Buena gente y buena comida. Estoy muy contento aquí, está siendo una experiencia muy positiva". Antonio Granados es de Córdoba y fue de los primeros en llegar a Chantada junto a otros siete compañeros, todos del departamento de contabilidad del Grupo Hotusa. "No sabía el nivel de alcance de la empresa" , apunta Guillermo Rodríguez, que empezó como contable junior poco después de haber terminado sus estudios superiores. Él es de la zona y agradece que la empresa le diera la oportunidad de "crecer como profesional".

Ahora, desde esta sede en Chantada (y gracias a la fibra óptica) llevan la contabilidad de multitud de hoteles a los dos lados del Atlántico. "En esta época en la que es tan fácil localizar y deslocalizar empresas nos pareció interesante contar con un personal más estable en Galicia, donde sabemos que hay una gran calidad humana", explica el fundador de Hotusa, Amancio López Seijas, nacido en Chantada y que confiesa haber seguido con preocupación la despoblación del rural gallego. "Parece que tenía difícil solución, a pesar de lo bien que se da el vino en esta zona -en plena Ribeira Sacra- de Galicia", añade.

López Seijas insiste en que querían formar equipos competitivos, contando con las nuevas promociones que se adaptan más velozmente a los cambios. "Hay que crear una espiral positiva en la que veteranos y jóvenes se sientan motivados y aprendan para seguir desarrollando sus carreras profesionales", destaca el empresario gallego.

Ahora mismo ya cuentan con cerca de 200 empleados en la sede de Chantada, donde no descartan instalar un hotel rural, aunque López Seijas sostiene que ese sería "un proyecto distinto". "Es una oportunidad para gente joven que sale de la carrera pero también para los que quieren desarrollarse profesionalmente", destaca Mateo Varela, de los más veteranos en el sector, quien eligió trasladarse a Chantada para encontrar la estabilidad laboral que necesitaba.

Alba Fontán, natural de O Grove, tenía experiencia previa en un hotel gallego y llegó al Grupo Hotusa porque le pareció "muy interesante" el proyecto. Además, sigue cerca de casa. "Tengo estudios en Estados Unidos y buen nivel de idiomas, como todos los que han ido entrando en el departamento de contrataciones. La mayoría han vivido un tiempo fuera y hablan varios idiomas, es lo que necesitamos para tratar con los clientes de toda Europa", asegura la joven pontevedresa.

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