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Perros y humanos, juntos en el cáncer

La incidencia de tumores en las mascotas está en alza y Galicia es pionera en ofrecer la radioterapia

Un gato en un tac.

Cuando Ainhoa y Luismi llevaron hace un año a su perra Noa, entonces de once años, al veterinario porque no respiraba bien no esperaban el peor de los pronósticos que, tras varias consultas, descubrieron a través de un TAC: un tumor en la laringe. Tras casi un año de quimioterapia en pastillas, la perra, labrador, parecía haber recobrado la vida y se mostraba de nuevo contenta, dispuesta a correr tras las piedras que le lanzaban y a bañarse incansable en el río. Disfrutó como en sus años jóvenes durante este verano pero hace quince días de nuevo volvió la fiebre, la falta de apetito y las dificultades para moverse y respirar. El tumor de la tráquea se había reproducido. Y no solo eso, también sufría pancreatitis, peritonitis y tenía un nuevo tumor, esta vez en el intestino. El veterinario indicó a la familia que no merecía la pena someterla a un nuevo tratamiento y, para que no sufriera más, le practicaron la eutanasia.

En España la incidencia de tumores en perros y gatos va en aumento porque viven más años y gracias a la mejora de las técnicas de diagnóstico. Al contrario que hace 20 años, la palabra tumor ya no es sinónimo de eutanasia y los veterinarios aseguran que con los tratamientos actuales "podemos conseguir que la mascota viva con buena calidad de vida uno o dos años, depende del momento en que se detecte el tumor, pero a las familias les merece mucho la pena", asegura Francisco Rodríguez Criado, veterinario de la Clínica García Barbón, en Vigo.

En Galicia son muchos los veterinarios que se han especializado en oncología y hacen todos los días cirugías de tumores aunque no existe un servicio de oncología como tal en ningún hospital gallego. Tampoco existe una formación específica en la facultad y los veterinarios se especializan a través de cursos o másteres.

El Hospital Veterinario Universitario Rof Codina de Lugo, al ser un centro docente, dispone de las mayores infraestructuras como una bomba de cobalto que se ubica en el Laboratorio de Radiofísica de la USC en el Campus de Santiago, siendo el primer centro en España en ofrecer esta modalidad de terapia. Actualmente existe en España otro centro que dispone también de radioterapia y en su caso disponen de un acelerador lineal que le hace más versátil para tratar más amplia gama de tumores.

El diagnóstico precoz, una de las batallas permanentes en la lucha contra el cáncer en los humanos, es más complicado en los animales. "Cada vez es más frecuente, pero el mayor handicap es que los animales no hablan y son los dueños los que tienen que apreciar los síntomas que, en algunos casos, son bultos en la piel y es sencillo, pero otros tumores internos no se ven y se tardan más en diagnosticar", explica Rodríguez Criado.

La forma de actuar ante un tumor en perros y gatos es muy parecida a los humanos. "El cáncer se trata con cirugía, quimioterapia o radiación y en algunos casos, con una combinación de estos tratamientos. Con el tiempo también será cada vez más frecuente el uso de vacunas y los tratamientos con anticuerpos monoclonales", explica Maruska Suárez, profesora de Patología Médica en la Facultad de Veterinaria de la USC, ubicada en Lugo.

La quimioterapia contribuye a eliminar cualquier célula maligna que pueda haber en el organismo del animal después de haber efectuado la operación y pretende curar la enfermedad o alargar todo lo posible la vida de un animal. En el mundo animal, su impacto no es tan fuerte y los efectos secundarios que se manifiestan en los humanos no suelen aparecer en los animales. "Cada vez con más frecuencia se administra por vía oral. El objetivo es paliativo, no curativo, es decir intenta cronificar la enfermedad, por lo que las dosis son tremendamente inferiores a las que recibiría una persona y los efectos secundarios son mínimos", describe Maruska, que asegura que la caída de pelo es "extremadamente" infrecuente y tan solo pueden padecer "una ligera disminución del apetito y algún síntoma gastrointestinal como vómitos o diarrea".

En Galicia no se pueden tratar todos los tumores. Por ejemplo, los gatos con tumores tiroideos eran referidos hasta hace poco a Francia para ser tratados con iodo radioactivo y actualmente ya existe este servicio en Madrid. "También en casos muy complejos como tumores intracraneales es preferible enviarlos a centros especializados, que algunos tienen incluso estudios clínicos en marcha", advierte la docente gallega.

Los elevados costes que tienen algunos tratamientos no echan atrás a la mayoría de los dueños de los animales. Los precios dependen mucho del tipo de tumor y del tamaño del animal. "No es lo mismo tratar un mastocitoma en un Yorkshire de 3 kilos que en un labrador de 30; mientras que en el primero el coste del fármaco no superaría los 50 euros/mes, en el segundo rondan los 300 euros/mes", apunta Maruska.

El coste medio de la radioterapia es de unos 2.000 euros y un protocolo de quimioterapia para un linfoma puede estar próximo a los 1.200-1.600 euros.

"Las mascotas son ya parte de nuestra familia y por eso la gente está dispuesta a hacer lo que el profesional considere oportuno con tal de ayudar a curar a su mascota", afirma Maruska. "Incluso algunos piden créditos para poder hacerlo, porque lo consideran uno más de la familia", concluye su colega Francisco Rodríguez.

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